El 3 de julio, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní había anunciado que las causas del “accidente” fueron establecidas pero que, por “razones de seguridad”, nada sería revelado al público antes del “momento oportuno”.
"Lo que es seguro es que desde nuestro punto de vista no se trata de un ataque con dron, misil, bomba o cohete", informó el viernes la agencia oficial Isna, que cita a Mojtaba Zolnur, presidente de la comisión parlamentaria de seguridad nacional y relaciones exteriores.
"Hay huellas de una explosión de elementos en el interior (del edificio), pero en la medida que hay una investigación en curso, no revelaré los detalles", agregó.
El 2 de julio por la noche, la agencia Irna había informado que en las redes sociales "algunas cuentas (no identificadas) del régimen sionista" habían "atribuido inmediatamente el accidente a un sabotaje israelí".
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Según la Organización Iraní de la Energía Atómica, el accidente, que ocurrió en un depósito en construcción del complejo nuclear, no causó víctimas ni contaminación radioactiva.
Un portavoz de esa entidad reconoció "daños importantes", y precisó que el edificio afectado estaba destinado a producir "centrifugadores avanzados".
Estados Unidos e Israel acusan a Irán de realizar un programa nuclear militar secreto, lo que desmiente la República islámica. Irán y Estados Unidos estuvieron dos veces al borde del enfrentamiento militar directo desde junio de 2019.
Las tensiones son tan fuertes que Estados Unidos se retiró unilateralmente en mayo de 2018 del acuerdo internacional nuclear iraní logrado en 2015 y restableció varias sanciones contra el país.
Después de la retirada de Estados Unidos del acuerdo, Irán reanudó el enriquecimiento de uranio en septiembre de 2019 en el sitio Natanz.
