NACIONES UNIDAS (EFE, AFP). Creo que tenemos que permanecer optimistas”, señala Panadero, para quien lo fundamental va a ser tener apoyo de los donantes y de la industria logística, y trabajar juntos para facilitar una operación que, por ahora, nadie sabe exactamente cómo va a ser.
La agencia de la ONU para la Infancia, que es el mayor suministrador de vacunas del mundo, está acelerando los preparativos coordinando con aerolíneas, compañías de transporte y Gobiernos de casi un centenar de países de ingresos bajos y medios a los que va a facilitar vacunas.
La previsión es que las inmunizaciones comiencen a moverse en el primer trimestre de 2021 y que los volúmenes aumenten progresivamente hasta alcanzar su máximo en el tercer trimestre.
Preparación
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Unicef ya se encarga de manera habitual de suministrar una buena parte de las vacunas que se utilizan en todo el mundo, tanto en campañas rutinarias como en respuesta a emergencias.
En total, la agencia compra y gestiona las inmunizaciones que se administran a alrededor de la mitad de los niños del planeta.
Según Panadero, las estructuras necesarias para llevar a cabo la enorme campaña de inmunización contra el covid-19 ya existen en todos los países y ahora lo fundamental es fortalecer esos sistemas e identificar posibles problemas, sobre todo en la capacidad de recepción de cada Estado.
La cadena de frío
Una de las principales complicaciones con la vacuna del covid-19 más adelantada es la necesidad de conservarla a temperaturas muy bajas, como la desarrollada por Pfizer que tienen que mantenerse por debajo de los 70 grados bajo cero.
“Nosotros tenemos experiencia con vacunas que requieren una cadena de frío normal, de 2 a 8 (grados). Eso, los sistemas de salud están listos para manejar”, o incluso productos que requieren estar por debajo de 20 grados bajo cero, como la vacuna de la polio, explica Panadero.
“Si vamos a menos 70, esto es un desafío. Solo hay unos pocos países, los que han manejado la vacuna experimental contra el ébola, que tienen experiencia, pero los volúmenes son mucho menores de lo que se anticipa para la vacuna contra el covid, señala.
Por ello, Unicef está estudiando con los Gobiernos si tiene sentido invertir para poder usar este tipo de vacuna o si es mejor decantarse exclusivamente por otras.
Por ahora, Panadero dice que la expectativa es que la mayoría de vacunas que se distribuyan a través de Covax el próximo año sean con una cadena de frío normal, de 2 a 8 grados centígrados.
Logro de Trump
El 15 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un plan para desarrollar una vacuna contra el covid-19 antes del final de año.
Sus detractores lo acusaron de que era una afirmación que reñía con la seriedad científica.
Pero, el mandatario ordenó un esfuerzo público-privado como no se veía desde el Proyecto Manhattan, según sus propias expresiones.
Trump bautizó la operación “Warp Speed” (Velocidad Warp), en referencia a un término de ciencia ficción que implica ir más rápido que la velocidad de la luz.
Para ello nombró a un general del ejército y a un exdirectivo de los laboratorios GSK para combinar la experiencia de los científicos del Departamento de Salud con la logística militar.
Seis meses más tarde, lo que Trump califica como un “milagro”, está la vista: la vacuna de Pfizer/BioNTech ya envió sus ensayos clínicos a la Administración de medicamentos de Estados Unidos (FDA) y se espera que esta agencia emita su autorización el 10 de diciembre.
El visto bueno para Moderna, una pequeña empresa estadounidense, subvencionada directamente, podría llegar en poco tiempo.
En enero, un tercer proyecto desarrollado por el grupo estadounidense Johnson & Johnson, podría también arrojar frutos y por ende aportar más dosis, para ayudar a llegar al objetivo de que todos los estadounidenses estén vacunados para el mes de abril.
En total, las empresas recibieron más de 10.000 millones de dólares.
El apoyo de Estados Unidos permitió financiar ensayos clínicos a gran escala, además de la renovación de edificios o la construcción de fábricas.
Al final, se logró el resultado, rompiendo todos los récords de investigación en la materia.
Los sistemas utilizados
El proyecto Velocidad Warp, lanzado por el presidente de EE.UU. Donald Trump, apostó por seis proyectos de vacuna, dos por cada tecnología utilizada, para diversificar los riesgos.
Pfizer y Moderna utilizaron una tecnología nueva que usa el “ARN mensajero” (que “instruye” a las células cómo defenderse del virus). Johnson & Johnson y AstraZeneca confían en un vector viral (el sistema utilizado en la mayoría de las vacunas, de inocular un virus debilitado, para que organismo se defienda, generando anticuerpos). Novavax y Sanofi/GSK usan una base de proteínas (se inocula una parte del virus, generalmente proteínas presentes en él).
