Turnell se encuentra recluido desde hace unos cinco meses en la prisión de Insein, en Rangún, tras ser arrestado poco después del golpe de Estado militar del 1 de febrero.
Además de la crisis política derivada de la sublevación militar, Birmania afronta una fuerte ola de la pandemia de covid-19 entre la falta de suministro de oxígeno, el colapso del sistema sanitario y la desconfianza de la población con el régimen castrense.
Entre los focos detectados del virus, cuyo rebrote se vincula a la variante delta, se encuentra el citado penitenciario.
"Mi esposo presenta síntomas de resfriado y gripe desde hace semanas. Su salud corre un riesgo tremendo", denunció Ha Vu, esposa de Turnell, en un mensaje publicado anoche en su cuenta de Facebook.
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La esposa pidió a las autoridades birmanas que traten al australiano "con respecto y dignidad" y lo liberen por "motivos de compasión" ya que el padre de Turnell además padece con cáncer terminal.
El domingo se registraron en Birmania 5.285 nuevos casos de contagio de covid-19 y 231 muertos -unos datos que según expertos médicos no reflejan la realidad-, lo que asciende a un total de 229.521 infectados, incluIdos más de 5.000 decesos, desde el inicio de la pandemia.
El gobierno australiano aboga por la liberación de Turnell, director desde 2017 del Instituto para el Desarrollo de Birmania, con sede en la capital, Naipyidó.
