En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, se pide a todos los ciudadanos alemanes que hagan uso "urgentemente" de las posibilidades existentes en las líneas aéreas regulares para salir "pronto" del país.
Ya ayer, el Ministerio de Interior dejó en suspenso temporal las expulsiones a Afganistán de inmigrantes a los que se planificaba deportar.
Ese mismo departamento había sostenido hasta el último momento su propósito de seguir con esas operaciones, aunque analizando, una a una, cada situación.
La semana pasada se había cancelado ya a última hora la deportación a Kabul de seis afganos con antecedentes delictivos, al considerarse que la situación en la ciudad ofrecía "riesgos no calculables".
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Según cifras de Interior, desde 2016 se ha procedido a la expulsión de 1.000 afganos, en su mayoría con antecedentes por delitos graves.
El avance de los talibanes ha precipitado el debate interno en el seno del gobierno alemán en torno a la necesidad de detener esas operaciones.
Interior, cuyo titular es el conservador bávaro Horst Seehofer, insistía en mantenerlas, mientras que su colega en Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas, apremiaba para suspenderlas.
Alemania completó el pasado junio la retirada de sus tropas en Afganistán, que formaban el segundo mayor contingente internacional en ese país, tras Estados Unidos.
En su última etapa, estaban destacados unos 1.100 efectivos alemanes, principalmente en el norte del país.
