Según informó a Efe una fuente policial en Nuadibú (al sur de la capital, Nuakchot), ya se ha aplicado a estos emigrantes el proceso de devolución a sus países.
Se trata de una mujer y seis hombres de Guinea Bissau, Mali y Senegal, que esta mañana han sido conducidos al autobús que les llevará a una frontera terrestre de Mauritania con Senegal o Mali, como suelen hacer las autoridades mauritanas con los migrantes detenidos.
Según la misma fuente, su estado de salud ha mejorado de tal manera que pueden hacer el viaje sin riesgo. Tres de los siete supervivientes fueron ingresados en el hospital a su llegada a Mauritania, pero ya han sido dados de alta.
Los migrantes forman parte del grupo de 54 personas que salieron el pasado 3 de agosto de El Alaiún (Sahara Occidental) a bordo de una barca neumática rumbo a las islas Canarias, en una travesía que debía haber durado 24 horas pero que se frustró al día y medio al quedarse sin gasolina.
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Quedaron así a merced de las corrientes, que les arrastraron al sur en un agónico viaje de trece días en los que los tripulantes, entre ellos 3 niños y 10 mujeres, se fueron muriendo de sed.
A raíz de esta tragedia, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reclamaron que se apliquen a los migrantes naufragados vías alternativas a la detención, en vista de los estragos físicos y psicológicos que sufren.
