En una rueda de prensa conjunta con su homóloga holandesa, Sigrid Kaag, Al Zani afirmó que "el Estado catarí está trabajando de forma continua para facilitar la salida de los extranjeros de Afganistán", sin ofrecer más detalles.
"Instamos a los talibanes a que permitan la libertad de movimiento y a que establezcan un corredor seguro para la salida y entrada de las personas", agregó.
"Deseamos ver que los compromisos se cumplen", agregó el catarí en la capital Doha, adonde acudió Kaag.
Por su parte, la holandesa declaró en la rueda de prensa que "es importante que Afganistán no se convierta otra vez en una plataforma y base del terrorismo internacional".
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Por otra parte, Kaag indicó que su Gobierno ha solicitado "el traslado de la Embajada de los Países Bajos de Kabul a Doha para reanudar las operaciones de la mejor manera".
Estados Unidos también ha anunciado el traslado de su legación diplomática de Kabul a Doha, tras la llegada al poder de los talibanes y la retirada definitiva de las tropas estadounidenses esta misma semana.
Catar acoge desde hace años una oficina política de los talibanes y ha ejercido como mediador entre el movimiento insurgente y Washington, por un lado, y el exGobierno afgano, por otro.
También hospeda una importante base militar de EE.UU. en el golfo Pérsico, a través de la cual se efectuaron muchos de los vuelos de evacuación de Kabul en las pasadas dos semanas.