"El lenguaje aprobado es vago y ambiguo, y no respeta estándares internacionales sobre libertad de expresión", señaló Taraciuk en su cuenta de Twitter.
Chile, agregó, "tiene un interés legítimo en garantizar que la sociedad conozca los abusos cometidos en el país y en asegurar que se respete a las víctimas, sin embargo, prohibir por ley la negación de estos crímenes no es la vía para lograr esos objetivos".
Esta semana, la comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constituyente aprobó por 18 votos a favor y 15 en contra una norma que busca la prohibición de "la negación o justificación de violaciones graves, masivas y sistemáticas a los derechos humanos".
Este artículo todavía está pendiente de discutirse en el pleno del órgano, una asamblea de tendencia progresista que en 2020 comenzó la redacción de la primera Carta Magna que emana de un proceso plenamente democrático en Chile.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
"El negacionismo debe combatirse con argumentos. El pleno no debe abrir la puerta a que se permita la criminalización de estas expresiones", concluyó.
Un proyecto de ley similar al que solo le hacía ver luz verde en el Senado fue vetado por el Tribunal Constitucional (TC) en 2020.
Los partidarios de la iniciativa buscan que haya impunidad en la defensa o la negación de los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un cruento régimen que dejó más de 30.000 fallecidos a manos de agentes y 40.000 torturados y encarcelados por causas políticas, según cifras oficiales.
La Convención que elabora la nueva Constitución, la primera del mundo con un número equilibrado de hombres y mujeres, tiene la tarea de redactar una nueva ley fundamental que sustituya a la actual, heredada del régimen militar y considerada por muchos como el origen de las grandes desigualdades del país por su corte neoliberal.
El proceso constituyente nació como vía política para desarticular la ola de masivas protestas que comenzó en 2019, una crisis que dejó una treintena de fallecidos, miles de heridos y removió los cimientos de Chile, uno de los países más estables de América Latina.
