El convoy del primer ministro libio Bashagha, bloqueado en Trípoli

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Trípoli, 10 mar (EFE).- El convoy militar del primer ministro libio, Fathi Bashagha, nombrado por el Parlamento (este) hace un mes, fue bloqueado este jueves junto a un centenar de vehículos cuando trataba de acceder a la capital para tomar el poder pese a que el Ejecutivo en funciones se niega a abandonar su mandato sin pasar por las urnas.

Como consecuencia, el ministerio de Defensa declaró el estado de alerta general en la región militar occidente y oeste tras varios intentos del convoy por introducirse en la ciudad. Las fuerzas armadas del Gobierno de Unidad Nacional (GNU), elegido en febrero de 2021, instalaron controles a una decena de kilómetros de Trípoli y cerraron los controles de Msallata y Al Homs, 120 kilómetros al oeste.

Por su parte, la brigada de Hattin de la ciudad-Estado de Misrata, de donde son originarios ambos dirigentes enfrentados, denunciaron en un comunicado los movimientos de tropas de Bashagha y se desvincularon de su iniciativa.

La Misión de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) declaró seguir con preocupación la concentración de grupos armados que ha provocado el aumento de tensiones en la capital y sus alrededores e instó a todas las partes a abstenerse de cualquier acción que pueda conducir a enfrentamientos.

El pasado martes Bashagha advirtió que tomaría el poder en Trípoli en los próximos dos o tres días por "la fuerza de la ley y no por la ley de la fuerza" y advirtió a su adversario, el primer ministro interino Abdelhamid Debeibah, del peligro de volver a la guerra.

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El ministro libio de la Función Pública, Abdel Fattah Al Khouja, y el secretario de Estado de Inmigración, Ajdid Maatouq, pertenecientes al GNU, presentaron este jueves su dimisión para "no participar en el regreso a la división política" y anunciaron su intención de participar en el traspaso de poder.

En un intento por acercar posiciones y retomar el proceso electoral, la UNSMIL propuso la semana pasada la creación de un comité conjunto de 12 miembros cuya misión será consensuar una base constitucional antes de finales de marzo que permita celebrar comicios lo antes posible.

El proceso de transición se enfrenta a un nuevo cisma en el poder legislativo como ya ocurrió en 2014 con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), sostenido por la ONU en Trípoli (oeste); y otro asentado en la ciudad de Tobruk (este), bajo la tutela del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del país.

Después de que la Comisión Electoral aplazara las presidenciales del 24 de diciembre a sólo 48 horas del escrutinio, el Parlamento consideró que el mandato de Dbeibah expiró tras no lograr su cometido: unificar las instancias nacionales, mantener el alto el fuego y celebrar elecciones.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyó a la victoria de los distintos grupos rebeldes contra el déspota Muamar al Gadafi, en el poder durante 42 años.