El Parlamento de transición en Burkina Faso funciona tras el golpe de enero

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Uagadugú, 22 mar (EFE).- El Parlamento de transición en Burkina Faso empezó este martes a funcionar con la elección de su presidente, el académico Aboubacar Toguyeni, casi dos meses después del golpe de Estado perpetrado por los militares el pasado 24 de enero.

"Mi mandato será parte del sentido de compromiso con Burkina Faso en su búsqueda de seguridad, dignidad y honor", ​​declaró el nuevo presidente de la Asamblea Legislativa de Transición (ALT).

Toguyéni, elegido con 59 votos de 70 parlamentarios (son 71 en total pero uno se ausentó), afirmó que la transición de tres años impuesta por la junta militar que dirige el país sentará "las bases de una sociedad más justa y de moralización de la vida pública".

"Tomaremos la iniciativa para proponer leyes y cualquier otra acción en el sentido del interés superior de la nación", aseguró el presidente, profesor de Ciencias de la Pesca en la Universidad Nazi Boni de Bobo-Dioulasso (oeste).

El líder golpista y presidente interino de Burkina Faso, teniente coronel Paul Henri Damiba, eligió a 21 de los 71 diputados de la ALT, mientras el resto fueron seleccionados por las fuerzas de seguridad y defensa, los partidos políticos, los grupos de la sociedad civil y las trece regiones que componen este país de África occidental.

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El Parlamento echó a andar después de que Damiba aprobara el pasado día 5 la designación de un Gobierno de transición.

El pasado 28 de febrero, el mandatario firmó una Carta de Transición que establece que su junta militar gobernará Burkina Faso durante un periodo transitorio de tres años.

Según el documento, el presidente, el primer ministro y el presidente del Parlamento transitorios no podrán participar en las elecciones generales que se deberían celebrar al finalizar dicho período.

Los militares tomaron el poder después de una escalada del descontento social en los últimos meses por la inseguridad generada por la violencia yihadista.

La junta confirmó el golpe de Estado en la televisión estatal y anunció haber depuesto al presidente Roch Kaboré -quien acabó dimitiendo,- además de otras medidas, como la disolución del Gobierno y el Parlamento o la suspensión de la Constitución.

Burkina Faso, un país limítrofe con Malí, Níger, Costa de Marfil, Togo y Benín, tiene una población de unos 20 millones de personas y sufre el yihadismo desde 2015.

Los ataques, que se atribuyen a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico, han provocado más de 1,5 millones de desplazados internos, según el Gobierno burkinés.

El golpe de Burkina Faso es el cuarto que sufre la región de África occidental en el último año y medio, tras los dos acaecidos en Malí (agosto de 2020 y mayo de 2021), país que también padece el yihadismo; y el de Guinea-Conakri (septiembre de 2021).