En una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, con quien participa en las celebraciones del Eid el Fitr, que marcan el fin del mes de ayuno de ramadán, Guterres afirmó que vio "con enorme aflicción" el primer golpe de Estado en Mali en agosto de 2020 y luego "con mayor angustia aún" el segundo de mayo de 2021.
Añadió que la ONU debe "continuar con el compromiso con Mali" y esperó que sea posible un acuerdo entre su gobierno y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para que "se pueda establecer un periodo de transición de una duración aceptable y Mali se reintegre en el marco de la CEDEAO".
Actualmente, la CEDEAO mantiene un duro embargo económico contra Mali después de que la junta militar que gobierna el país tras los dos golpes de Estado no cumpliera su promesa de celebrar elecciones el pasado febrero y pidiera tres años de periodo transitorio para hacerlo, que luego redujo a dos.
"No hago comentarios sobre las medidas que otros hayan podido tomar, lo que quiero es que Mali tenga la flexibilidad suficiente para tener la capacidad de ponerse de acuerdo con la CEDEAO y restablecer la normalidad en el país. Eso arreglará todos los otros problemas de Mali", afirmó el secretario general de la ONU.
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Además de una compleja crisis política, Mali atraviesa una grave crisis de seguridad con la presencia de varios grupos yihadistas que atacan al Ejército, a la misión de la ONU en el país y a los civiles, en un momento en que Francia está retirando del país las tropas de su misión antiterrorista en medio de una creciente influencia rusa.