En un comunicado, el Gobierno explica que estos supuestos militares llegaron a Bamako en dos vuelos entre las once de la mañana y la una de la tarde, con "armas y municiones", así como equipamiento militar.
Entre ellos, indica la nota, habría treinta agentes de fuerzas especiales. Aterrizaron, según la versión del ejecutivo maliense, sin la autorización preceptiva para entrar en el país y no tenían ningún documento acreditativo de su misión.
Según el Gobierno de transición, la "misión real" de estas personas es desconocida y en sus pasaportes aparecen con profesiones como estudiantes, conductores, albañiles, mecánicos o pintores.
La nota afirma que durante su interrogatorio dieron cuatro versión de su trabajo en el país: que su misión era confidencial, que formaban parte de la rotación de soldados de la misión de la ONU en Mali (Minusma), que iban a proteger la base logística de la compañía aérea Sahelian Aviation Services y que se disponían a proteger al "contingente alemán".
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Las autoridades malienses afirman que han contactado con las de Costa de Marfil y les dijeron que ignoraban la presencia de militares marfileños en el país. La Minusma, por su parte, les comunicó que no tenían prevista ninguna rotación de militares.
Ante esto, el Gobierno anuncia que ha enviado el caso a la justicia maliense, en vista de que se habría incumplido la obligación de informar de su despliegue y que supondrían un riesgo contra la seguridad exterior del Estado y su integridad territorial.
El ejecutivo considera a los detenidos como "mercenarios" y, "en respuesta al incidente", decide "poner fin con efecto inmediato a la actividad de protección de la aerolínea Sahelian Aviation Services por fuerzas extranjeras y exigir su salida inmediata del territorio maliense".
También invita a la compañía a confiar su seguridad a las fuerzas de seguridad maliense.