El Tribunal de Evry declaró culpable a la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) por el delito de homicidios y heridas involuntarias al considerar que no cumplió con su misión en el mantenimiento de la red ferroviaria en Brétigny.

En su sentencia, los jueces consideraron que hubo una "negligencia" en la supervisión regular del estado de la vía en un punto en que se había detectado una fisura desde 2008 y sobre la que se hizo un mal seguimiento.

El tren París-Limoges descarriló por la presencia en la vía de una eclisa (una pieza que une los rieles) que se había soltado. La eclisa se desprendió porque los cuatro pernos que la fijaban habían cedido.

El tribunal absolvió a los otros dos inculpados en este proceso, un antiguo responsable de la SNCF que había hecho la última ronda de vigilancia de ese tramo de la vía, y el gestor de las redes ferroviarias SNCF Réseau.

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