Ese cumplimiento es la condición para que los serbokosovares vuelvan a las instituciones de Kosovo, dijo Dacic a la televisión pública serbia RTS.
Si Estados Unidos y la UE "no pueden con (el primer ministro kosovar, el ultranacionalista Albin) Kurti, entonces ello o es muestra de su impotencia o de su consentimiento tácito y su trabajo conjunto", añadió.
"Las máscaras deben caer para que se vea con claridad si el Acuerdo de Bruselas todavía existe o no", insistió Dacic, que también es vice primer ministro serbio.
Los representantes de la minoría serbia en Kosovo, que se concentran en el norte del país, dimitieron el sábado de las instituciones kosovares al exigir al Gobierno la creación de una asociación de los municipios serbokosovares, acordada en 2013, en el diálogo auspiciado por la UE, para establecer una especie de autonomía administrativa para esta minoría.
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Exigen también que Kurti revoque el ultimátum a los serbokosovares para que cambien las matrículas de automóviles emitidas en Serbia por placas oficiales de Kosovo.
Su retirada de las instituciones tuvo lugar después de que Pristina destituyera al director serbio de la policía del norte por su negativa a cumplir esa orden. Los serbokosovares denuncian que esa destitución viola sus derechos.
"Debemos ver, después de nueve años de rechazo de crear la Asociación de los municipios serbios (...), si alguien quiere que se cumpla el acuerdo de Bruselas o hay nuevos planes que renuncian a lo logrado", subrayó Dacic.
La Asociación es para los serbios el punto crucial del acuerdo de 2013, que marcó el inicio del difícil proceso de normalización de las relaciones entre Kosovo y Serbia bajo auspicios de la UE, pero que Pristina se niega a cumplir.
Serbia no reconoce la independencia que su antigua provincia, poblada por una mayoría albanesa, proclamó en 2008.
El Acuerdo de Bruselas también abrió el paso para la integración de los serbios del norte en las estructuras kosovares, que ahora han abandonado.
Dacic aseguró que la decisión de los serbios de abandonar las instituciones kosovares es autónoma y que la petición de Belgrado es que su resistencia sea pacífica.
En reacción a la retirada de las instituciones, Pristina acusó a Belgrado de tratar de desestabilizar la situación en Kosovo.
La UE advirtió de que la renovada tensión pone en riesgo el trabajo de mediación realizado en los últimos años y la situación de seguridad en la región.
