Kubota, de 26 años, es uno de los 5.774 presos amnistiados en la víspera, entre los que también estuvieron el economista australiano Sean Turnell, asesor económico de la depuesta líder Aung San Suu Kyi, y la diplomática británica Vicky Bowman, exembajadora del Reino Unido en el territorio.
Kubota, Turnell y Bowman eran los extranjeros de más alto perfil condenados por la junta birmana tras su golpe de Estado de 2021, que ha sumido al país en una crisis política, social y económica, y desatado una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas vigente desde hace décadas.
"Siento una sensación de gratitud que no puedo describir por haber sido liberado tan pronto a pesar de haber sido condenado a diez años de prisión", dijo Kubota a su llegada al aeropuerto tokiota de Haneda, recogido por la agencia local de noticias Kyodo.
Kubota fue detenido el pasado julio mientras filmaba unas protestas civiles contra la junta y fue condenado a cumplir una década en prisión por incitar a la disidencia, violar las leyes de telecomunicación birmanas y también las de inmigración.
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El realizador fue recibido en el aeropuerto por numerosas cámaras de televisión y alrededor de 30 simpatizantes, entre ellos algunos amigos, que le entregaron un ramo de flores.
Al ser preguntado por las condiciones de su encarcelamiento, Kubota relató que estuvo solo en un cuarto individual y que recibió la condena con gran pesar, y dijo que la situación en Birmania es dura.
"Se ha confirmado que su estado de salud es bueno", dijo hoy por su parte el portavoz gubernamental, Hirokazu Matsuno, al comentar la liberación de Kubota en una rueda de prensa.
Matsuno aseguró que "la protección de los japoneses que están en el extranjero es una responsabilidad importante del Gobierno" y que seguirán velando por su seguridad, y dijo que Tokio seguirá "insistiendo a las autoridades birmanas para lograr una mejoría de la situación".
Más de 2.400 personas han muerto desde el golpe de Estado por la brutal represión ejercida por parte de las fuerzas de seguridad birmanas, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, según datos de la ONG local Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
El ejército justifica el golpe de Estado por un presunto fraude masivo durante las elecciones de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
