Al menos tres confederaciones sindicales apoyan la protesta, aunque con algunos matices.
La mayoritaria, "MG France", pide una mejora de los honorarios que les paga el Estado, aunque no a la altura que demandan otras dos de las convocantes ("Medicins pour demain" y "UFML"), que exigen que las consultas doblen de precio y pasen de los actuales 25 euros a 50.
En Francia, los médicos de familia son liberales, con sus propios consultorios, que en la mayoría de los casos tienen convenios con la Seguridad Social francesa.
Actualmente, una consulta rutinaria de 25 euros tiene un coste para el paciente de 7,5 euros (después del reembolso del 70 % del Estado), aunque puede ser integralmente reembolsado en caso de que la persona tenga suscrito un seguro médico privado (muy común entre los asalariados).
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Los convocantes del paro han criticado al Gobierno de Emmanuel Macron por la última revisión de la ley de la Seguridad Social, que prevé alargar en un año las estancias de los médicos en prácticas, con prioridad en las zonas con más déficit de profesionales.
En ese sentido, temen que sea un primer paso para que se vulnere su libertad de instalación y se les acabe obligando a ir a determinados destinos del país considerados como "desiertos de atención médica". Los profesionales de salud también se quejan por la alta carga de burocracia que soportan.
Según datos del colectivo, los cerca de 100.000 médicos de familia en Francia pasan consulta a un millón de pacientes al día.
La dirección del organismo público gestor de la salud, Assurance Maladie, ha asegurado que habrá una revalorización de las consultas, aunque no hasta los 50 euros.