En un comunicado, la agencia de la ONU alerta de que a estas olas de solicitantes de asilo burkineses se suman las de la población nigerina desplazada internamente, lo que hace aumentar el número de personas con necesidades urgentes de asistencia en el departamento de Téra, fronterizo con Burkina Faso.
La zona de las tres fronteras está sometida a una gran inseguridad, con la presencia entre otros de grupos yihadistas leales a Al Qaeda y al Estado Islámico que protagonizan ataques a la población y provocan la huida de civiles.
Según la OCHA, entre noviembre y diciembre de 2022 "unas 9.449 personas (1.711 hogares) se vieron obligadas a trasladarse a la capital de la comuna de Téra (en la región de Tilláberi), incluidos 929 hogares de desplazados internos y 782 hogares de solicitantes de asilo burkineses".
Los desplazados internos provienen de más de una docena de aldeas en las comunas de Bankilaré y Kokorou (Níger), mientras que los solicitantes de asilo burkineses han huido de aldeas pertenecientes a las comunas de Seytanga, Seba, Titabe, Malcila, Higga y Solha.
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"Son movimientos graduales que salen de las localidades burkinesas y nigerinas limítrofes con Burkina Faso hacia la capital del departamento de Téra, considerada más segura", dice la OCHA.
Las formas de violencia de las que son víctimas estos desplazados se traducen en asesinatos, secuestros de personas y vehículos, casos de extorsión de bienes y ganado, sabotajes a las redes de comunicación.
"Actualmente, la región de Tillabéri acoge a unos 22.000 solicitantes de asilo burkineses en su parte occidental, en particular en los departamentos de Bankilaré, Téra, Gothèye, Say y Torodi", afirma la organización humanitaria de la ONU.
