La Oficina del Fiscal General de Bielorrusia informó en un comunicado de la condena, que quedó reducida a cuatro años de cárcel con la ley de amnistía firmada por el jefe de Estado bielorruso en diciembre pasado.
Además, Astapenko, que se sumó a la oposición en el exilio liderada por Svetlana Tijanóvskaya, no podrá ejercer cargos oficiales durante cinco años y debe pagar una multa.
Bielorrusia ha confiscado una dacha o casa de campo y un terreno para garantizar el pago de la sanción.
El exembajador fue acusado en Bielorrusia "de un intento de apoderarse de bienes a gran escala, cometido por un funcionario en uso de sus poderes oficiales".
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Astapenko renunció el día de la investidura de Lukashenko el 23 de septiembre a su cargo de embajador por considerar que la "falta de legitimidad" del mandatario no le permitía ejercer su labor.
El mandatario se atribuyó en agosto de 2020 un sexto mandato con más del 80 % de los votos frente a solo el 10 % de Tijanóvskaya, en unas elecciones que la oposición y Occidente calificaron de fraudulentas.
Ese mismo mes estallaron las mayores protestas antigubernamentales en la historia de Bielorrusia y una represión sin precedentes de los manifestantes pacíficos y disidentes.
Astapenko, nombrado en 2018 embajador en Argentina y de forma concurrente en Chile, Paraguay y Perú, consideraba que la falta de legitimidad de Lukashenko se deriva de una serie de violaciones de los derechos y las libertadas fundamentales de los bielorrusos.
Tras renunciar debía regresar con su familia a Minsk, pero nunca volvió a la capital bielorrusa y se exilió en Varsovia, según el periódico independiente Zerkalo.
