El barco partió de Funchal, en el archipiélago de Madeira, hacia las Islas Salvajes para realizar la sustitución de un equipo de vigilantes, pero tuvo que abortar la misión por "motivos de orden técnico", informó la Armada, que añadió que el navío será inspeccionado este mismo martes.
Medios locales apuntan que el barco tuvo que ser remolcado de vuelta a Funchal.
El Mondego protagonizó un incidente el pasado 11 de marzo, cuando trece marinos se negaron a embarcar por las averías de la nave con un pronóstico de mar revuelto.
Tenía un motor averiado y le fallaba un generador eléctrico, según los militares.
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Pese a las averías, la Armada consideró que los trece marinos "no cumplieron con sus deberes militares, usurparon funciones, competencias y responsabilidades", por lo que comunicaron lo sucedido a la Policía Judicial Militar.
Se abrió un proceso disciplinario a los marinos, que fueron trasladados a Lisboa y están en espera de juicio.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, jefe de las Fuerzas Armadas, no opinó sobre el comportamiento de los militares, pero abogó públicamente por aumentar el presupuesto para esta institución con el fin de "impedir la degradación de las capacidades portuguesas".
El jefe del Estado Mayor de la Armada lusa, Henrique de Gouveia e Melo, afirmó que la "disciplina" es requisito indispensable en las Fuerzas Armadas después del suceso.
La Marina "no olvida ni perdona los actos de indisciplina", dijo entonces Gouveia.
La ministra de Defensa, Helena Carreiras, apuntó hoy que espera el resultado de una valoración técnica sobre el navío antes de pronunciarse.
