La ceremonia tuvo como único orador al comandante del Ejército, general Tomas Ribeiro Paiva, quien subrayó el papel “institucional” de esa fuerza, sobre la cual dijo que le “debe respeto a la población, a las instituciones y, sobre todo, a la Constitución”.
Pareció un mensaje alusivo a los últimos cuatro años, un período en el que el entonces presidente Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, más de una vez intentó sumar a las Fuerzas Armadas a sus constantes ataques contra las instituciones democráticas.
Ribeiro Palma fue enfático y aseguró que el Ejército “es una institución de Estado, apolítica e imparcial”, cuya misión es “la defensa de la patria, la independencia, la república y la democracia”.
Lea más: Justicia empieza a decidir la suerte de acusados de intentar derrocar a Lula
Asonada
Frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, donde fue celebrado el acto, se instaló en noviembre pasado un campamento de activistas de la ultraderecha que desconocían la victoria del progresista Lula en las elecciones de octubre.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Desde ese campamento, miles de bolsonaristas partieron el 8 de enero hacia el corazón de Brasilia, donde asaltaron las sedes de los tres poderes con la intención de forzar un golpe que derrocase a Lula, quien había asumido el primer día del año.
La asonada fracasó y fueron detenidas 2.151 personas, entre las cuales figura una treintena de militares. Siguen en prisión unas 300 y el resto ha sido excarcelado, pero responderá a las acusaciones en libertad, bajo estrictas medidas cautelares.
Este martes, la Corte Suprema inició un juicio de admisión de cargos contra los primeros 100 acusados, que concluirá el próximo lunes.
