Según dijeron a EFE residentes de Jartum, escuchan esporádicamente el sonido de fuertes explosiones, aparentemente causadas por bombardeos aéreos y artilleros, en la zona de Shambat (norte), donde hay un campamento de los paramilitares.
Aviones de combates del Ejército sobrevuelan también varios distritos situados al oeste del Nilo, que divide la capital, así como de la ciudad de Um Durman, vecina a Jartum.
El resto de los barrios de la capital sudanesa amanecieron en relativa calma, lo que ha permitido a los ciudadanos salir de sus casas para comprar sus necesidades básicas, aunque en medio de las quejas por la carestía, del precio de los alimentos y la falta de efectivo por el cierre de los bancos.
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Crecen también las quejas de funcionarios y empleados de los sectores público y privado por no haber recibido sus salarios desde antes del estallido de los combates en Jartum y otros estados de Sudán, el 15 de abril.
El ministro de Finanzas, Jebril Ibrahim, dijo el domingo que está en permanente contacto con los responsables del Banco Central para agilizar la transferencia de los salarios durante los próximos días.
Prosiguen mientras en la ciudad saudí de Yeda las conversaciones iniciada el sábado entre representantes del Ejército y los paramilitares en un intento de conseguir un alto el fuego permanente en el país africano, aunque sin anunciar ningún avance hasta el momento.
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Por otro lado, organizaciones internacionales y árabes intensifican sus esfuerzos para llevar a ayudar médica y humanitaria a Sudán a través de la ciudad de Port Sudan (este), donde prevalece una calma desde el inicio de los combates, lo que le convirtió también en un punto preferido para las operaciones de evacuación.
Aún se desconoce el número exacto de las víctimas de los combates, que dieron lugar a la situación más trágica en la historia reciente del país, aunque Naciones Unidas y el Ministerio de Sanidad sudanés cifran los muertos civiles en unos 551 y los heridos en casi cinco mil.
