El pasado 21 de junio, por iniciativa del nacionalista y prorruso Dodik, el Parlamento serbobosnio decidió no incluir en adelante en el boletín oficial autonómico las leyes impuestas por el alto representante internacional para eliminar la obligación de cumplirlas.
Las leyes dictadas por el alto representante tienen en Bosnia-Herzegovina el mismo valor que las tomadas por los parlamentos de los dos entes autónomos que conforman el Estado -el serbio y el común de musulmanes y croatas-, y su desacato supone una violación del Acuerdo de Paz de Dayton, de 1995.
El alto representante internacional para Bosnia-Herzegovina, el alemán Christian Schmidt, usó sus amplios poderes para prohibir el pasado fin de semana la ley que vetaba sus decisiones en el ente serbobosnio.
Anuló asimismo otra reciente normativa serbobosnia que impedía la aplicación de las decisiones del Tribunal Constitucional central bosnio por "violar directamente el orden constitucional bosnio y el Acuerdo de Paz de Dayton".
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Schmidt también impuso una enmienda al Código Penal para criminalizar los intentos de ignorar el Constitucional y las decisiones del alto representante.
Las dos nuevas iniciativas de Dodik para desvincular el ente serbio de las instituciones centrales han elevado la tensión en el país, que de 1992 a 1995 sufrió una guerra civil.
Dodik no reconoce la legitimidad de Schmidt, cuyo nombramiento, en 2021, no fue confirmado en el Consejo de Seguridad de la ONU por falta de apoyo de Rusia y China.
La tensión ya había aumentado en 2021 cuando Dodik emprendió unos primeros pasos para recuperar para el ente serbobosnio las competencias de las instituciones centrales, y siguió con las misma retórica y actos.
