Los jueces europeos dieron la razón a Sharpuddi Elfirovich Israilov, que es el padre del asesinado, y había presentado una denuncia en primer lugar por estimar que Rusia no había cumplido sus obligaciones de aportar la cooperación que le habían solicitado las autoridades austríacas para aclarar el crimen.
También por haber sido detenido, según sus propias alegaciones por órdenes de Kadírov, entre el 27 de noviembre de noviembre de 2004 y el 4 de octubre de 2005, un periodo en el que afirma haber sido torturado para que revelara dónde se encontraba su hijo y a su vez presionarle para que éste volviera a Chechenia.
El hijo, Umar Israilov, según la versión del demandante había huido de Chechenia porque no quería seguir trabajando para los servicios secretos del presidente checheno.
Su asesinato fue obra de un comando en Viena. Las autoridades austriacas detuvieron y condenaron a tres chechenos y quisieron comprobar con Rusia un testimonio de acuerdo con el cual detrás de la operación estaba Kadírov, pero no tuvieron respuesta.
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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha fijado una indemnización de 104.000 euros para el demandante, que como su hijo también acabó huyendo y se encuentra en un lugar que ha querido mantener confidencial por razones de seguridad.
Pero es difícil que acabe cobrando ese dinero porque Rusia fue expulsada del Consejo de Europa en marzo de 2022 por la invasión de Ucrania y desde entonces no coopera en absoluto con el TEDH aunque formalmente debería seguir haciéndolo en casos como éste por los compromisos que había asumido cuando formaba parte.