"Los incidentes generados en algunos Centro de Privación de Libertad han sido controlados, sin ceder a las intimidaciones y extorsiones de un determinado Grupo de Delincuencia Organizada (GDO)", indicó el SNAI en un comunicado.
La agencia penitenciaria del Estado remarcó que "las medidas tomadas (ante los incidentes) fueron adoptadas en estricto apego a la normativa legal y observando los procedimientos y protocolos establecidos".
"De esta manera el Estado hizo prevalecer su autoridad retornando a una relativa normalidad en el sistema penitenciario", afirmó el SNAI sin dar más detalles sobre la situación al interior de las prisiones.
Un número aún indeterminado de guardias y personal del SNAI había sido retenido por prisioneros, lo que llevó a la agencia penitenciaria a pedir ayuda a militares y policías.
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Según el SNAI, este miércoles "se generaron incidentes en algunos centros de privación de libertad, debido a amenazas de un Grupo de Delincuencia Organizada (GDO) en contra de las autoridades y funcionarios de la institución".
El objetivo de dichas amenazas, refirió el SNAI, era "presionar por un traslado masivo" de prisioneros que aparentemente tienen alguna relación con dicha banda.
La agencia penitenciaria había asegurado que no accedería a esa petición, pues consideraba que el traslado de reos a otras prisiones resultaba "antitécnico" y representaba una "intimidación y chantaje al Estado ecuatoriano".
La población carcelaria de Ecuador supera los 31.300 reclusos distribuidos en 36 cárceles que desde hace algo más de dos años y medio se ha convertido en el escenario de violentas disputas entre grupos de prisioneros por el control de las cárceles.
Las autoridades han afirmado que los grupos organizados de delincuentes tienen vínculos con el narcotráfico internacional y que ese es el detonante para que la violencia en las cárceles también haya saltado a las calles.
Desde el año 2020, frecuentes masacres en varias prisiones de Ecuador han dejado más de 400 reos asesinados, en medio de una crisis carcelaria que también se queja de un marcado hacinamiento, la escasez de recursos y de presupuestos necesarios, entre otras causas.
La violencia en las cárceles también se ha expandido a las calles que, a diario, es el escenario de numerosos asesinatos, asaltos, robos, extorsiones y otro tipo de delitos por parte de bandas de delincuentes que se disputan también el control de los territorios en diferentes ciudades del país.
Ecuador cerró el año 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, pero varios expertos en seguridad no descartan que ese indicador pueda llegar a 40 por cada 100.000 habitantes al finalizar este año, lo que convertiría al país en uno de los más violentos del mundo.
