Los dos acusados, los malasios Mohammed Farik bin Amin y Mohammed Nazir bin Lep, enfrentan penas de entre 20 y 25 años de cárcel, aunque el acuerdo secreto de culpabilidad que negociaron puede incluir rebajas.
En la sesión de este viernes en Guantánamo, la Fiscalía militar y la defensa de ambos presentaron sus alegatos de clausura, antes de que el panel formado por cinco militares se retirase a deliberar.
El fiscal, el coronel George C. Kraehe, defendió que a Farik y a Nazir "se les debe mostrar exactamente la misma misericordia que ellos mostraron a los muertos: ninguna en absoluto".
Kraehe advirtió que los acusados "argumentarán que su papel en la conspiración fue mínimo, que no son responsables del terror y del sufrimiento en toda su extensión", pero aseguró que atentados como los de Bali "es lo que querían, para eso entrenaron y es lo que se comprometieron a hacer".
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El fiscal militar también pidió a los cinco miembros del panel que no tengan en cuenta para su decisión el "sufrimiento" de los acusados durante sus tres primeros años de detención en cárceles secretas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés), en las que presumiblemente fueron torturados.
"Su sufrimiento no se compara con el sufrimiento que conspiraron para lograr y que lograron en Bali", dijo.
Farik y Nazir se declararon culpables la semana pasada tras alcanzar acuerdos a cambio de declarar en contra del indonesio Encep Nurjaman 'Hambali', considerado un ideólogo del grupo Jemaah Islamiya -filial de Al Qaeda en el sudeste asiático- y también detenido en Guantánamo.
Los tres fueron imputados en 2021, tras 18 años de detención, en la misma causa, pero el año pasado las autoridades separaron sus procesos durante la negociación con Farik y Nazir, que han reconocido haber conspirado con 'Hambali', considerado como uno de los responsables de los hechos.
En los atentados perpetrados en locales de ocio nocturno de Bali ese 12 de octubre de 2002 murieron 202 personas de una veintena de nacionalidades, entre ellas 88 australianos, 38 indonesios, 23 británicos y siete estadounidenses.
Durante el turno de la defensa, la abogada de Farik, Christine A. Funk, pidió al panel una recomendación de clemencia para su cliente teniendo en cuenta el tiempo que ha estado bajo custodia y la colaboración prestada.
Relató que su cliente fue torturado a manos de la CIA y que "las únicas interacciones que tuvo durante diez años de aislamiento fueron con personas que lo llamaban '21'".
"El Gobierno casi rompió al señor Ben Amin y no hizo nada para arreglarlo", afirmó.
Sobre su rol en los hechos de Bali, dijo que "lo peor que hizo fue aceptar dinero de un mensajero sabiendo que iba a ser utilizado para ocultar a las personas que formaron parte de los atentados".
Por su parte, el abogado de Nazir, Brian Bouffard, asumió una estrategia distinta y sostuvo que su cliente "no está aquí para llamarse víctima ni para pedir misericordia", tampoco "esperando ser perdonado".
"Brindó ayuda a quienes lo hicieron y asume su parte de responsabilidad", afirmó.
"Ben Lep entiende que este caso es sobre las víctimas de Bali. Sobre los muertos y los heridos, los supervivientes y sus familias y sobre el precio que han tenido que pagar por las decisiones de otros, incluidas las suyas", añadió.
No obstante, sí solicitó al panel que cuando tome una decisión tenga en cuenta tanto el "horror de Bali" como el "papel en ese horror" de su cliente, "lo que soportó" bajo custodia estadounidense, sus dos décadas encarcelado sin juicio y su aceptación de responsabilidad.
Casi no se conocen detalles del acuerdo secreto de culpabilidad, que el panel no tendrá en cuenta para dictar sentencia, pero los acusados pidieron durante la negociación su traslado a Malasia para participar en un programa de rehabilitación para yihadistas.
