Su última detención, acontecida en la noche de este viernes, llevó a que México rompa las relaciones diplomáticas con Ecuador, después de que el Gobierno del presidente Daniel Noboa irrumpió en la embajada mexicana en Quito para capturar a Glas, pocas horas después de que la Administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le concedió el asilo político que había solicitado.
Esto ocurrió en un momento de máxima tensión, luego de que el Gobierno ecuatoriano expulsó a la embajadora mexicana, Raquel Serur, por unas declaraciones de López Obrador donde relacionaba el asesinato del candidato Fernando Villavicencio con el triunfo electoral de Noboa, que se impuso en segunda vuelta a la candidata correísta Luisa González.
Actualmente Glas está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos) en el caso ‘Reconstrucción’ de la provincia costera de Manabí, la más afectada por el fuerte terremoto ocurrido en 2016, por lo que un juez había ordenado su detención e ingreso en prisión preventiva después de que se alojó en la Embajada de México.
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Una antigua amistad con Correa
Glas, de 54 años, es ingeniero electrónico y forjó una amistad con Correa desde la juventud como parte de un grupo de ‘boy scouts’ en la ciudad portuaria de Guayaquil, de donde son originarios los dos. Así, fue parte del Gobierno de Correa desde el inicio, como presidente del Fondo de Solidaridad (2007-2009), y luego como ministro de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (2009-2010) y ministro coordinadores de Sectores Estratégicos (2010-2012).
Los procesos judiciales siguieron su curso en los años siguientes mientras él seguía en prisión y acumuló hasta tres condenas, si bien una de ellas luego fue anulada.
Primero fue condenado a finales de 2017 a seis años de cárcel por asociación ilícita en el caso Odebrecht, y después en 2020 a ocho años de prisión por cohecho en el caso ‘Sobornos’, la trama de financiación irregular Alianza País en la que también fue condenado e inhabilitado Correa, que al igual que Glas denuncia ser víctima de ‘lawfare’ y en su caso cuenta con la condición de refugiado por parte de Bélgica.
En 2021 también fue condenado a otros ocho años de cárcel por peculado por el caso ‘Singue’, sobre las condiciones de adjudicación de los contratos de este bloque petrolero.
Durante su tiempo en prisión siempre trató de encontrar la forma de salir en libertad al aducir una delicada condición de salud y de peligro contra su vida, a medida que la crisis carcelaria en Ecuador se agudizaba, con frecuentes matanzas entre criminales bandas rivales que controlan internamente las prisiones.
Así, logró salir temporalmente de la cárcel durante 40 días en abril de 2022, gracias a una polémica resolución judicial que fue anulada posteriormente pero para finales de ese mismo año otra resolución judicial ordenó nuevamente su excarcelación como medida cautelar hasta que la Justicia resolviese si se le concedía el beneficio de la prelibertad, luego de haber logrado aglutinar las dos penas por los casos ‘Sobornos’ y Odebrecht y haber cumplido la mayor parte de los ocho años de privación de libertad.
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