Organizaciones de ayuda a migrantes difundieron en redes sociales fotos del joven de nacionalidad marroquí a su salida de la sala de inadmitidos del aeropuerto la pasada madrugada hora local.
Según informan, este estudiante de Derecho de 23 años, que había iniciado una huelga de hambre para protestar por la denegación de asilo en España, pasó la noche con amigos, agradecido por las muestras de solidaridad.
La organización de ayuda a refugiados Zehar Errefuxiatuekin advirtió de que, sin embargo, "aún está en situación irregular", a la espera de que se resuelvan definitivamente peticiones como la de apátrida, por lo que si "fuera detenido, podría ser deportado".
"Se le ha admitido su entrada de milagro, pero tiene denegado el asilo y pendiente la apatridia", subrayó, por lo que su situación aún no es definitiva.
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El Ministerio de Juventud e Infancia de España había solicitado el viernes al de Interior que autorizara provisionalmente la entrada en España del joven por razones humanitarias, al contar con "un sólido y acreditado historial de persecución debido a su activismo estudiantil" en defensa del Sáhara Occidental.
Este departamento advertía de que su retorno a Marruecos "puede acarrearle grandes riesgos", al tiempo que recordaba el caso de Husein Amadour, un joven saharaui encarcelado una vez fue devuelto a ese país.
El viernes, acompañado de dos policías, el activista subió a un avión de la compañía Air Arabia con destino a Tánger (Marruecos), pero el comandante del vuelo se negó a que viajara por considerar que no era seguro.
La Audiencia Nacional de España había rechazado suspender su expulsión al entender que no existe "un riesgo grave (...) para la vida o la integridad física del demandante", ya que no es un representante destacado de los saharauis y solo aduce haber participado en manifestaciones en apoyo a su causa.