"El Gobierno libanés condena todos los actos de violencia y agresión contra todos los civiles y pide el cese inmediato de las hostilidades en todos los frentes. Atacar a civiles es una violación flagrante del derecho internacional y va en contra de los principios de humanidad", aseguró en un escueto comunicado en su cuenta oficial de X.
Esta declaración del Gobierno libanés se produce poco después de que el Ejército israelí acusara al grupo chií libanés Hizbulá de lanzar un ataque contra la ciudad de Majdal Shams, en los Altos del Golán, en el norte de Israel, que provocó la muerte de al menos diez personas, entre ellas niños y adolescentes.
Se trata del peor ataque contra civiles en territorio israelí desde el pasado 7 de octubre, según Israel.
Sin embargo, Hizbulá ha negado la autoría del ataque: "la Resistencia Islámica no tiene nada que ver en absoluto con el incidente y niega categóricamente todas las falsas acusaciones al respecto".
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Hizbulá había reivindicado ataques contra posiciones de los Altos del Golán a lo largo de esta jornada en represalia por un ataque israelí contra el sur del Líbano, que ha provocado la muerte de cuatro miembros de Hizbulá, aunque no ha mencionado en ninguno de sus comunicados que atacara Majdal Shams.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que todavía se encuentra realizando su visita a Estados Unidos ordenó a su equipo adelantar su regreso a Israel "lo más pronto posible", según recoge un comunicado de su oficina.
La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego desde octubre, que se ha cobrado la vida de más de 500 personas del lado libanés, la mayoría de Hizbulá.