"Tenemos datos sobre quiénes estaban en las instalaciones que fueron atacadas en Sumi. Había otra 'reunión' de jefes militares ucranianos con sus colegas occidentales, que se hacían pasar por mercenarios o quién sabe por quién", dijo el jefe de la diplomacia rusa.
Agregó que "allí hay militares de los países de la OTAN que mandan", para rematar: "Eso lo sabe todo el mundo".
Lavrov subrayó que el derecho internacional humanitario "prohíbe estrictamente el emplazamiento de instalaciones militares y armamento en infraestructuras civiles".
El Ministerio de Defensa ruso aseguró hoy que en el brutal ataque con misiles contra Sumi también murieron más de 60 soldados ucranianos, en alusión a que el objetivo del bombardeo fue militar, no civil.
Según el comunicado castrense en Telegram, el objetivo del ataque, en el que fallecieron 34 civiles, fue una reunión del alto mando del ejército ucraniano en esa ciudad del norte de Ucrania.
"Como resultado del impacto contra el objetivo fueron liquidados más de 60 militares del ejército ucraniano", señala.
Añadió que el ataque con dos misiles Iskander tuvo lugar en condiciones de "activa" defensa antiaérea y lucha radioelectrónica por parte de Ucrania.
"El régimen de Kiev sigue utilizando a la población ucraniana como escudo, instalando la infraestructura militar y realizando actividades con participación de militares en el centro de ciudades densamente pobladas", denunció Defensa.
Fuentes oficiales ucranianas confirmaron este lunes la muerte en el ataque ruso de un comandante de la 27 brigada de artillería, Yuri Yula.
La víspera, un alcalde de la región de Sumi acusó al gobernador de poner en peligro a los habitantes de la capital homónima de la región por haber organizado para el domingo un acto de entrega de condecoraciones para la 117 Brigada de Defensa Territorial del Ejército de Ucrania.