El Supremo, máxima instancia judicial, puso el pasado jueves fin a un asunto controvertido al dictaminar que el término 'mujer' en la ley de Igualdad británica está definido por el sexo biológico, por lo que ha permitido aclarar el problema que afrontaban clubes deportivos o escuelas sobre los espacios diferenciados por sexo, como los vestuarios, ante las personas transgénero.
En la sesión semanal de control al primer ministro en la Cámara de los Comunes, la líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, le preguntó hoy a Starmer si no aceptaba que se había equivocado cuando en 2022 dijo, en unas declaraciones al diario The Times, que las mujeres trans son mujeres y que así lo estipulaba la ley.
Un portavoz oficial dijo ayer, en cambio, que Starmer no cree que las mujeres trans sean mujeres.
Para defenderse de las críticas ante este cambio de opinión, el primer ministro dijo hoy en la cámara baja que saluda el fallo del Supremo porque "aporta claridad y dará confianza a las mujeres y, por supuesto, a los proveedores de servicios".
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Añadió que la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos "emitirá una guía actualizada, y es importante que esto se haga y que todos los proveedores de servicios actúen en consecuencia".
Starmer insistió en que el objetivo del Gobierno es "apoyar la implementación" del dictamen del Supremo, así como seguir protegiendo los espacios diferenciados por sexo, "pero también garantizar que las personas trans sean tratadas con respeto".
Para intentar disipar la polémica, el líder laborista le dijo a Badenoch hoy que era el momento de "bajar la temperatura" sobre este asunto y poder abordar el debate con "cuidado y compasión".
Al responder ayer a una pregunta de un periodista sobre si el primer ministro aún creía que una mujer transgénero era una mujer, un portavoz oficial contestó: "No, el dictamen del Tribunal Supremo ha dejado claro que, al analizar la Ley de Igualdad, una mujer es una mujer biológica. Eso queda claramente establecido".
El dictamen del Supremo culminó una batalla legal de años iniciada por la organización defensora de las mujeres 'For Women Scotland', que había presentado una querella contra la decisión del Ejecutivo autonómico escocés de incluir a las mujeres trans en la cuota para igualar los puestos públicos entre mujeres y hombres.
Los magistrados puntualizaron, además, que su decisión no debía ser vista como un triunfo para una u otra parte dado que la ley de Igualdad del año 2010 otorga a las personas transgénero protección contra la discriminación.
