"Hemos elaborado un proyecto de ley para un procedimiento especial de quiebra para las empresas de la industria del carbón como parte importante de un proyecto mayor (sobre quiebras)", afirmó el viceministro de Desarrollo Económico, Maxim Kolésnikov, en una entrevista para Interfax.
El funcionario explicó que es necesario tratar las peculiaridades del sector, que se enfrenta a problemas muy concretos por el riesgo de provocar desastres en el cierre de minas poniendo en peligro un elevado número de vidas humanas, además de los propios contratos firmados con los trabajadores, quienes debido a las duras condiciones de trabajo, gozan de regímenes especiales para, por ejemplo, tener una jubilación anticipada.
"Con el mecanismo clásico de quiebra, cuando se nombra un administrador (estatal) para llevar a cabo el proceso, lo más probable es que no tenga la posibilidad, principalmente financiera, para detener la actividad de la mina y cerrarla", indicó.
De este modo, proponen que el administrador designado pueda realizar una auditoría para determinar el coste y tecnología necesaria para la correcta conservación de la mina en el caso en el que se tome la decisión de liquidarla.
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Este plan será temporal y, según señaló Kolésnikov, se impondrá durante dos o tres años.
A finales de mayo el Gobierno ruso ya anunció un plan de medidas de apoyo a la industria hasta el 1 de diciembre, que incluye subsidios, un aplazamiento para el pago del impuesto a la extracción, la oportunidad de reestructurar su deuda crediticia y una compensación del 12,8 % de la tarifa para el transporte para las carboníferas siberianas.
Rusia ha reconocido la crisis en la que se han sumergido las empresas del carbón, cuyo precio de exportación cayó casi un 25 % en los primeros meses de 2025.
La Unión Europea embargó las importaciones de carbón ruso en agosto de 2022, como respuesta al inicio de la guerra de Ucrania ese mismo año, con lo que afectó la cuarta parte de las exportaciones rusas de este rubro, lo que significa para Rusia la pérdida de ingresos de 8.000 millones de euros anuales.
Según datos ofrecidos por los servicios estadísticos rusos en 2024, la producción de carbón cayó alrededor del 7 % respecto al año anterior, hasta 31,5 millones de toneladas, mientras que el número de empresas deficitarias ascendió en casi un 20 %, hasta más de la mitad (57,6 %), lo que amenaza con hundir el sector ruso del carbón.