El alcalde del municipio de Mangualde, Marco Almeida, de cuyo Ayuntamiento depende Alcafache, dijo a EFE que hoy van a depositar una corona de flores junto con representantes y familiares de las víctimas, así como de los bomberos y miembros de los servicios de emergencia, en un monumento que hay en el lugar del siniestro.
El domingo inaugurarán una capilla creada en honor a los muertos y heridos, donde se celebrará una misa, a la que asistirá el que era presidente de Portugal en 1985, António Ramalho Eanes.
El edil destacó que la colisión fue uno de los accidentes ferroviarios que más han marcado la historia de Portugal.
"El recuerdo de ese día doloroso está profundamente ligado a Mangualde y a nuestra comunidad, que vivió de cerca tanto la angustia como la solidaridad y el sufrimiento de las víctimas y sus familias", dijo Almeida, quien remarcó la importancia de mantener viva la memoria de este suceso.
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Eran las 18:37 del 11 de septiembre de 1985 cuando dos trenes, uno que iba a Francia y otro regional, chocaron en el apeadero de Moimenta-Alcafache.
El tren internacional era un Sud-Express, que había salido con 17 minutos de retraso de Oporto e iba a París-Austerlitz, con 400 pasajeros a bordo, la mayoría emigrantes portugueses que regresaba a Francia tras pasar las vacaciones en Portugal.
El regional cubría el trayecto Guarda-Coimbra y había partido con puntualidad.
Almeida señaló que a fecha de hoy no se conoce el número exacto de víctimas y que solo se sabe con seguridad que hubo por lo menos un centenar de muertos, porque muchos eran emigrantes y no se encontró su documentación.Según medios lusos, la cifra podría rondar entre los 150 y los 179 fallecidos.
El motivo del accidente: un fallo humano, indicó el responsable político.
"Yo solo era un niño, tenía 8 años, pero hay una imagen que permanece en mi cabeza", rememoró el alcalde, que en aquella época vivía con su familia cerca del antiguo hospital de Mangualde.
"Recuerdo bien las ambulancias pasando junto a mi casa, su cantidad era fuera de lo normal -subrayó-, y luego recuerdo haber oído a mis padres que había pasado un gran accidente".
Este aniversario se produce poco más de una semana después del accidente de un funicular en Lisboa, el 3 de septiembre, donde 16 personas perdieron la vida y 23 resultaron heridas por el fallo de un cable.
