Esta operación, de unas 12 horas de duración, tuvo lugar el pasado jueves y el Reino Unido participó con un avión de vigilancia electrónica RC-135 Rivet Joint de la RAF y un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon, que volaron en conjunto más de 16.000 kilómetros desde el Extremo Norte y a lo largo del flanco oriental de la OTAN, pasando por Bielorrusia y Ucrania.
El RC-135 Rivet Joint está diseñado para escuchar una amplia gama de señales diferentes en todo el espectro electromagnético, por lo que puede interceptar comunicaciones militares; minetras que el P-81 Poseidon, especializado en guerra antisubmarina y capaz de transportar torpedos y misiles antibuque, voló una ruta centrada en el mar Báltico.
La misión fue asimismo apoyada por un avión cisterna KC-135 Stratotanker del Ejército del Aire de EE.UU, que "amplió el alcance operativo" de los dos aviones de la RAF, en una muestra de "unidad transatlántica" entre socios de la Alianza, destacó el ministerio.
En la nota, el ministro de Defensa británico, John Healey, calificó la misión como "importante" y agregó: "Esto no solo proporciona información valiosa para fortalecer la conciencia operativa de nuestras Fuerzas Armadas, sino que también envía un poderoso mensaje de unidad de la OTAN a (el presidente ruso, Vladímir) Putin y a nuestros adversarios.
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Del mismo modo, Healey felicitó al personal británico involucrado en la operación conjunta y aseveró que su labor hace que el Reino Unido esté "más seguro en casa y sea más fuerte en el extranjero".
La operación se produjo tras las repetidas incursiones de drones y aeronaves rusas en el espacio aéreo de la OTAN, con incidentes en países como Polonia, Rumanía o Estonia.
