La oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó su consternación y alarma por la reciente escalada de enfrentamientos armados que desembocaron en ataques a tres escuelas en la jefatura de Kaziba de Walungu en la provincia de Kivu del Sur, que dejaron al menos siete niños muertos y varios heridos.
“Estamos profundamente consternados por los informes que indican que niños han muerto a causa de las bombas que cayeron sobre sus escuelas en los últimos días”, indicó John Agbor, representante de la agencia de la ONU en la RDC, en un comunicado difundido a última hora del viernes.
“Las escuelas deben ser santuarios de paz donde los niños estén a salvo. Instamos encarecidamente al cese inmediato de todos los ataques a las escuelas para que los niños puedan aprender con seguridad”, declaró John Agbor, representante de la agencia de la ONU en la RDC.
El coordinador de la sociedad civil del territorio de Walungu, Joyeux Badesire confirmó a EFE los ataques a escuelas, pero advirtió que el número de muertos es superior y que se escucharon disparos de armamento pesado a ambos lados de la línea del frente.
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“Los proyectiles cayeron sobre escuelas, matando a cuatro personas aquí en Kaziba y a otras tres en Muresha, así como a otras cinco personas ayer”, dijo Badesire.
Según la sociedad civil, los combates se han reanudado entre ambas partes desde temprano este sábado, mientras que en la vecina provincia de Kivu del Norte se observa un alto el fuego en varios territorios.
Este nuevo estallido de violencia coincide con los preparativos para que el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, y su homólogo ruandés, Paul Kagame, firmen este jueves en Washington un acuerdo de paz destinado a terminar más de tres décadas de tensiones y avanzar hacia la estabilidad en el este del país.
La crisis en el este congoleño se agravó a finales del pasado enero, cuando el M23, respaldado por Ruanda -según la ONU y varios países occidentales-, tomó el control de Goma, capital de Kivu del Norte, y semanas después de Bukavu, capital de la vecina Kivu del Sur.
Desde 1998, el este de la RDC vive un conflicto alimentado por grupos rebeldes y el Ejército, pese al despliegue de la misión de paz de la ONU (Monusco).
