China “se opone firmemente” a que Iwasaki haya asumido el cargo de asesor del Gobierno de Taiwán, declaró en rueda de prensa el portavoz de la Cancillería china Guo Jiakun, que subrayó que Pekín había presentado “en múltiples ocasiones” protestas formales ante la parte japonesa por este asunto.
Según el portavoz, el antiguo alto cargo militar “no solo no mostró arrepentimiento, sino que fue aún más lejos” al “confabularse” con las fuerzas secesionistas de la “independencia de Taiwán” y “provocar repetidamente”.
Sus actos “interfieren gravemente en los asuntos internos de China y dañan gravemente su soberanía y su integridad territorial”, afirmó Guo.
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Ante lo que el portavoz calificó de “conducta especialmente grave”, China actuó de conformidad con la Ley contra las Sanciones Extranjeras del país y emitió una orden del Ministerio de Asuntos Exteriores para anunciar formalmente las medidas punitivas contra Iwasaki, con el objetivo de sancionar su “connivencia y provocación” junto a las “fuerzas independentistas” taiwanesas.
Estas declaraciones se producen tras el anuncio de sanciones que incluyen la congelación de los activos de Iwasaki en China, la prohibición de transacciones con entidades o individuos chinos y el veto de entrada en China continental, Hong Kong y Macao.
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Iwasaki, general retirado de 72 años, ejerció como jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas de Autodefensa de Japón entre enero de 2012 y octubre de 2014, y después continuó trabajando como asesor político del Ministerio de Defensa de su país, de acuerdo al diario nipón Asahi Shimbun.
Esta batería de sanciones se anunció en pleno recrudecimiento de las relaciones entre China y Japón, después de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, afirmara el mes pasado que un eventual ataque chino contra Taiwán podría situar a Japón en una “situación de crisis” y justificar una intervención de sus Fuerzas de Autodefensa, palabras calificadas por Pekín de “extremadamente graves”.
