“Consideramos que cualquier proceso que menoscabe la integridad territorial yemení solo responderá a los objetivos e intereses del régimen sionista (Israel) y provocará inestabilidad en toda la región, además de plantear desafíos a los países vecinos”, afirmó en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Ismail Baghaei.
Baghaei subrayó que la preservación de la integridad territorial yemení constituye un “principio fundamental” de la política exterior de Teherán.
El diplomático iraní sostuvo que la única vía para estabilizar la situación en Yemen y consolidar la paz pasa por un diálogo inclusivo entre los propios yemeníes, sin injerencias externas, y señaló que la hoja de ruta previamente consensuada debe servir como base para avanzar hacia una solución política duradera.
Asimismo, reiteró la disposición de Irán a apoyar cualquier iniciativa que contribuya al diálogo yemení-yemení y a la estabilización del país, asegurando que la República Islámica “no escatimará esfuerzos” para facilitar ese proceso.
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A principios de diciembre, el grupo secesionista yemení CTS, respaldado por Emiratos Árabes Unidos (EAU), lanzó una ofensiva relámpago en el este de Yemen que culminó con el control de dos provincias fronterizas con Omán y Arabia Saudí, una situación que ha profundizado aún más el colapso del país.
La ofensiva llevó a que la coalición militar liderada por Riad —y en la que también participa EAU—, creada para combatir a los rebeldes hutíes, lanzara el pasado viernes ataques de advertencia contra posiciones del CTS en la provincia de Hadramut, una de las regiones más ricas en petróleo.
Yemen lleva más de una década sumido en un conflicto, con alianzas cambiantes entre las facciones antihutíes que complican los esfuerzos para poner fin a la guerra.
Si bien se ha mantenido en gran medida una frágil tregua en los combates con los hutíes —aliados de Irán—, las rivalidades internas en el bando gubernamental, en particular entre los separatistas sureños y las fuerzas leales a la Presidencia yemení, siguen representando un riesgo importante para la estabilidad del país árabe.
