Argentina se apresta a estrenar nueva fase en el programa monetario de Milei

Javier Milei, presidente de Argentina.
Javier Milei, presidente de Argentina.151243+0000 LUIS ROBAYO

Argentina estrenará el próximo viernes una nueva fase en el programa monetario diseñado por el Gobierno del ultraliberal Javier Milei, que incluye cambios en el esquema de intervención cambiaria entre bandas y la decisión del Banco Central de comprar más divisas para incrementar las reservas monetarias.

La nueva fase para 2026, anunciada el pasado 15 de diciembre por el Banco Central argentino, tiene como meta que la tasa de inflación en Argentina -que fue del 31,4 % interanual en noviembre pasado- converja con los niveles internacionales de inflación menores.

Al mismo tiempo, según el objetivo planteado por la autoridad monetaria, se buscará que el proceso de desinflación sea compatible con la acumulación de reservas monetarias.

Sumar reservas ha resultado desafiante para Argentina, incluso después de que el Gobierno de Milei levantara en abril pasado muchas de las restricciones del denominado ‘cepo cambiario’ y pusiera en marcha un esquema de libre flotación cambiaria entre bandas.

El Gobierno apostó a que lograría sumar reservas gracias a las exportaciones agrícolas y el ingreso de capital financiero y de inversiones tras el levantamiento de los controles cambiarios, lo que finalmente no sucedió.

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A la par, la incertidumbre política de cara a los comicios legislativos de octubre pasado exacerbó entre los inversores la demanda de dólares para cobertura, obligando al Banco Central a vender reservas para evitar una depreciación brusca del peso argentino y su impacto negativo en la inflación en pleno año electoral.

Como resultado, de acuerdo a datos oficiales, Argentina cierra el 2025 con reservas internacionales brutas de 41.165 millones de dólares (y reservas netas negativas en unos 15.700 millones de dólares, según cálculos privados), muy lejos de las metas asumidas ante el Fondo Monetario Internacional en el acuerdo de facilidades extendidas firmado en abril pasado.

Ante este escenario, desde el próximo viernes el piso y el techo de la banda de flotación cambiaria que delimita a partir de qué precio del dólar el Banco Central puede comprar o vender divisas se ajustará cada mes en base a la tasa de inflación mensual, que en noviembre último fue del 2,5 %.

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Hasta ahora, la banda cambiaria se ajustaba a un ritmo del 1 % mensual, muy por debajo de la tasa de inflación.

“Con este cambio, el Gobierno reconoce que las bandas están desacomodadas. A partir de ahora, se ajustarán por inflación. El Gobierno está reconociendo que el dólar, como un bien más de la economía, debe ajustarse por inflación”, afirmó a EFE Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.

En paralelo, el Banco Central pondrá en marcha un pograma de acumulación de reservas que podría implicar compras de divisas por 10.000 millones de dólares en 2026.

Ese cálculo del Banco Central presupone un aumento de la base monetaria desde el equivalente al 4,2 % del PIB en la actualidad a un 4,8 % del PBI para diciembre de 2026.

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Según la autoridad monetaria, un aumento adicional de la demanda de dinero equivalente al 1 % del PBI podría llevar las compras de reservas a 17.000 millones de dólares en 2026.

“El tipo de cambio está estable y la demanda de pesos está subiendo. Hay más venta de dólares porque la gente necesita pesos y eso permite al Tesoro y al Banco Central comprar reservas”, indicó Piazza.

El Banco Central está asumiendo el compromiso de realizar compras netas de divisas en el mercado cambiario por el equivalente al 5 % de las operaciones diarias, aunque no necesariamente esos dólares permanecerán como reservas.

Para la consultora Invecq, las medidas “van en la dirección correcta” ya que el Banco Central “explicita su compromiso con la acumulación de reservas” y “recalibra el esquema para reducir la apreciación del tipo de cambio real”, permitiendo que el programa recupere “algo de credibilidad”.

No obstante, según la consultora, persisten interrogantes relevantes, como saber si el ajuste del programa será suficiente para garantizar una oferta de dólares capaz de cubrir las necesidades de 2026 y, al mismo tiempo, permitir la recomposición del activo del Banco Central. EFE