“Nos han pedido que nos unamos a los bombardeos aéreos en Siria. Consideraremos esa solicitud cuidadosamente”, dijo Abbott en declaraciones a periodistas desde la ciudad de Perth.
El mandatario australiano también dejó claro que “la consolidación de un Estado terrorista en el este de Siria y en el norte de Irak sería una catástrofe para el mundo”.
La petición fue presentada por EE.UU. el jueves a la embajada australiana en Washington e incluye también la expansión de la cobertura aérea, la recogida de información de inteligencia y el apoyo a los aviones de combate, informó antes el periódico “The Australian”.
Actualmente, los aviones australianos participan en las operaciones contra el EI abasteciendo de combustible los aviones estadounidenses que llevan a cabo los bombardeos en Siria.
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Si bien la petición prevé que los aviones intervengan en misiones de combate, el diario precisó que la petición persigue que estos entren en el espacio aéreo sirio para apoyar las operaciones de la coalición y ayudar a perseguir a los combatientes que huyen a Irak.
Con anterioridad, el jefe del Tesoro, Joe Hockey, indicó que existen procesos para gestionar este tipo de peticiones, pero enfatizó que el EI “no tiene fronteras” y Australia “tiene la obligación de hacer todo lo posible para detener la maldad que están perpetrando”.
Esta semana, el jefe de operaciones conjuntas, David Johnston, minimizó el efecto que podría tener la contribución australiana en Siria y alertó de que los eventuales bombardeos aumentarían el riesgo de la misión australiana.
Australia desplegó en Irak unos 400 soldados, entre ellos 200 de sus fuerzas especiales, además de aviones Super Hornet, Wedgetail, KC-30A, como parte de su contribución a la coalición que lucha contra el EI.
Australia lleva a cabo bombardeos aéreos en Irak y trabajos de apoyo a las fuerzas iraquíes, aunque se niega a realizar tareas de combate fuera de ese país.