El secuestro se produce solo un día después de que otras dos personas fueran capturadas en la capital centroafricana: una trabajadora humanitaria de nacionalidad francesa y un religioso centroafricano, según un comunicado de la MINUSCA.
Los atacantes asaltaron el vehículo de seguridad en el que viajaba el empleado de la ONU, sobre cuya nacionalidad y rango no se ha informado.
Recientemente, el personal de la organización había frustrado una tentativa similar.
La MINUSCA condenó este “acto intolerable” solo un día después del rapto de la empleada humanitaria y el religioso.
“Estas prácticas son contrarias a los esfuerzos actuales a nivel nacional e internacional para facilitar la reconciliación y el retorno de la paz permanente en el país”, subrayó.
La ONU ha exigido la liberación “inmediata e incondicional” de su empleado y de los dos secuestrados ayer.
Asimismo, recordó que las autoridades centroafricanas tienen la responsabilidad de detener a los responsables y entregarlos a la justicia.
Cualquier ataque contra los responsables del mantenimiento de la paz, advirtió la misión de la ONU, será considerado un crimen de guerra y será castigado como tal.
República Centroafricana vive una espiral de violencia sectaria iniciada a finales de 2013 que ha provocado miles de muertos y decenas de miles de desplazados.