Lo que pactó Marito

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Mario Abdo y Horacio Cartes.
Archivo, ABC Color

Pactaste el BOTÍN DEL ESTADO para vos a cambio de IMPUNIDAD para Cartes. La razón de ser de tu presidencia ya no existe. Vos subiste al poder supuestamente para reconstruir la institucionalidad. Pero pretender construir institucionalidad en complicidad con aquel que la demolió –Horacio Cartes– y con Honor Colorado, un movimiento inconstitucional ya por definición por su estructura fascista (CN 125), es una incoherencia. Entonces, ¿para qué querés el poder, Abdo? La respuesta es una sola: para lucrar con la información y la posición privilegiada que te da la presidencia.

En cuanto a Cartes, necesita impunidad para no irse preso. Pero para eso, necesita seguir operando sus negocios como antes, cosa ahora imposible por el operativo Miopía y el apresamiento de Messer. Sin ese flujo constante de dinero sucio, Cartes ya no podrá comprar lealtades ni quebrar voluntades y terminará preso. ¿Qué necesita Cartes para seguir operando sus negocios de triangulación? Necesita la vista gorda de los presidentes de los tres países donde opera sus negocios: Abdo, Bolsonaro y el nuevo presidente argentino.

...y los 3 presidentes no caben de júbilo ante la posibilidad de hacer negocios particulares a costa de las binacionales, así como lo intentó Bolsonaro con la LEROS.

Entonces, aquí estamos ante un esquema de negocios que Cartes conoce muy bien: una triangulación, pero a nivel de mafia presidencial.

Cartes le sostiene a Abdo en la presidencia para que Abdo pueda cobrar sus propinas millonarias y hacer sus negocitos. A cambio, la Seprelad de Abdo y la fiscalía de Cartes le hacen la vista gorda a Cartes. A su vez Bolsonaro también le hace la vista gorda a los negocios de Cartes: vai embora operaçao Miopía. Pero no lo hace gratis. Lo hace a condición de que Abdo le entregue Itaipú, no sólo para beneficio del pueblo brasilero, sino para beneficio de las empresas de Bolsonaro... y a cambio, Bolsonaro le pasa una propina a Marito. El mismo esquema se repetirá con Yacyretá. A esta altura, me queda claro que Mario Abdo no tiene cara, ni vergüenza.

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Olivia González