Evitá el escape: por qué las fiestas son la época de mayor extravío de mascotas y cómo prevenirlo

Perro y gato.
Perro y gato.Shutterstock

Durante las fiestas, el pánico por los ruidos de la pirotecnia lleva a un alarmante aumento de mascotas perdidas. Con diciembre y enero como epicentros de esta crisis, entender cómo prevenirlo se vuelve crucial para los dueños responsables.

Durante las fiestas de fin de año, las redes sociales se llenan de fotos de mascotas perdidas, los grupos vecinales se saturan de avisos y las veterinarias refuerzan las recomendaciones. Detrás de esa percepción hay un dato preocupante: diciembre y enero concentran el mayor número de extravíos de perros y gatos del año.

El ruido de la pirotecnia, la mayor circulación de personas, las puertas que se abren y cierran sin control, las mudanzas temporales y los viajes transforman a las celebraciones en un cóctel perfecto para que un animal entre en pánico y huya.

Perro y fuegos artificiales.
Perro y fuegos artificiales.

Entender por qué ocurre y cómo prevenirlo se volvió clave para quienes conviven con animales de compañía.

El impacto de la pirotecnia: miedo, estrés y huida

El motivo más evidente del aumento de extravíos en fiestas es el uso de fuegos artificiales y petardos. Para perros y gatos, el problema no es solo el ruido fuerte: su oído es mucho más sensible que el humano y perciben vibraciones, chasquidos y explosiones de manera amplificada.

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Veterinarios y etólogos describen un mismo cuadro: animales que jadean, tiemblan, buscan escondites, se paralizan o, por el contrario, entran en un estado de pánico que los lleva a saltar rejas, romper mosquiteros, escapar por ventanas, tirar de las correas o arrancarse del collar. Esa reacción no es “desobediencia”, sino una respuesta biológica al miedo extremo.

Perro en Navidad.
Perro en Navidad.

A esto se suma un factor urbano: en muchas ciudades los fuegos artificiales no se concentran solo en la medianoche del 24 y 31, sino que se extienden durante varios días, a distintas horas. Eso impide que los animales se adapten y los mantiene en un estado de alerta prolongado.

Puertas abiertas, casas llenas y rutinas alteradas

La pirotecnia no es la única responsable. Las fiestas modifican la dinámica habitual de las viviendas:

  • Más gente entrando y saliendo.
  • Portones y puertas que quedan entreabiertos.
  • Visitas que no conocen los hábitos o miedos de la mascota.
  • Mudanzas temporales a casas de familiares o quintas.
  • Paseos en lugares desconocidos o sin las medidas de seguridad habituales.

En ese contexto, un animal estresado o curioso puede aprovechar un descuido de segundos. Muchos extravíos ocurren, precisamente, en el momento de mayor movimiento: cuando llegan los invitados, se sirve la mesa o se preparan los fuegos.

Otra situación frecuente es el “llevar al perro a ver fuegos artificiales” a plazas, parques o terrazas. Para la mayoría de los animales, lejos de ser un espectáculo, esa experiencia puede ser traumática y aumentar significativamente el riesgo de fuga.

¿Por qué algunos vuelven y otros no?

No todas las mascotas que se escapan desaparecen para siempre. Algunas regresan solas cuando el ruido disminuye o logran orientarse; otras son resguardadas temporalmente por vecinos y devueltas gracias a chapas identificatorias o publicaciones en redes.

Sin embargo, buena parte de los animales extraviados no vuelve, y allí aparecen tres factores determinantes:

  1. Falta de identificación visible. Perros o gatos sin collar con placa y teléfono de contacto dependen exclusivamente de que alguien los reconozca o de publicaciones en redes. Cada hora que pasa, las chances de reencuentro disminuyen.
  2. Ausencia de microchip. En lugares donde el microchip está disponible, es una herramienta eficaz: incluso si el animal pierde el collar, un lector en veterinarias, refugios o municipios permite identificar a la familia.
  3. Desconocimiento de los protocolos de búsqueda. Muchas personas esperan demasiado para difundir la pérdida o la hacen de forma desordenada. Las primeras 24 horas son clave: cuanto más rápida y amplia es la difusión, mayor la probabilidad de reencuentro.

Prevención: qué hacer antes de las fiestas

Aunque no se puede controlar el entorno ni las decisiones ajenas (como el uso de pirotecnia), sí es posible reducir de manera significativa el riesgo de extravío con una planificación previa.

Identificación obligatoria

  • Collar con placa: con nombre y, sobre todo, teléfono de contacto actualizado. Incluso en gatos que viven dentro de casa, en estas fechas es recomendable usar collar seguro (de apertura automática) con identificación.
  • Microchip: donde exista este servicio, es una de las medidas más seguras. Si el animal ya está chipado, conviene revisar que los datos de contacto asociados estén correctos.

Seguridad en el hogar

  • Revisar rejas, portones, balcones y ventanas: asegurar cierres, tapar huecos por donde un animal asustado pueda pasar.
  • Definir una “zona segura” dentro de la casa (pieza interior, baño, ambiente menos expuesto al ruido) donde el animal pueda permanecer durante las horas críticas.
  • Informar a toda la familia y visitas que no deben dejar puertas y portones abiertos y que la mascota no debe salir sin supervisión.

Preparar al animal para el ruido

  • Consultar con antelación a un veterinario sobre medicación ansiolítica o sedantes suaves cuando el miedo a los ruidos ya está identificado. Nunca automedicar.
  • Considerar el uso de productos complementarios, como feromonas sintéticas, chalecos de contención tipo “anti-ansiedad” o estrategias de habituación al ruido, siempre con guía profesional.
  • En días previos, ofrecer paseos algo más largos o juegos que permitan descargar energía, sin llegar al cansancio extremo, para que llegue más relajado a la noche de fiesta.

El momento crítico: cómo manejar la noche de las fiestas

En la franja horaria previa y posterior a la medianoche —cuando suelen concentrarse las explosiones— la forma en que se organiza la casa puede marcar la diferencia.

  • Mantener al animal dentro del hogar, lejos de patios, terrazas o balcones: aunque parezcan seguros, un perro o gato asustado puede trepar, morder rejas o romper alambrados.
  • Cerrar bien ventanas y cortinas para atenuar luces y ruido, y poner música o televisión a volumen moderado como “ruido de fondo”.
  • Evitar retar o forzar al animal a “soportar” lo que le asusta: permitir que elija su escondite dentro de una zona segura y acompañarlo con calma, sin sobreexcitaciones.
  • Si hay reunión en casa, pedir expresamente a los invitados que no abran puertas sin avisar y que no intenten sacar al animal a la calle “para que se acostumbre”.

En el caso de los gatos, la recomendación es extremar medidas: mantenerlos encerrados en una habitación tranquila con su bandeja sanitaria, agua, comida y escondites accesibles. Muchos extravíos de gatos ocurren por ventanas o balcones abiertos en departamentos.

Qué hacer si la mascota se pierde

Aun con prevención, el riesgo nunca es cero. Tener claro un plan de acción ayuda a no perder tiempo valioso:

  1. Búsqueda inmediata en la zona. Recorrer a pie varias cuadras alrededor, llamando al animal por su nombre y preguntando a vecinos, despensas, choferes de plataforma o colectivos. Muchos extravíos se resuelven en las primeras horas, cerca del punto de fuga.
  2. Difusión con foto clara. Preparar una imagen nítida del animal y un texto breve con: nombre, fecha y zona de extravío, señas particulares y teléfono de contacto. Evitar publicar varios números o instrucciones confusas.
  3. Redes sociales y grupos barriales. Publicar en grupos de mascotas perdidas, organizaciones de rescate y foros vecinales. Compartir en estados y pedir difusión en círculos cercanos, priorizando la zona geográfica.
  4. Veterinarias, refugios y áreas municipales Avisar en clínicas cercanas y, donde existan, en centros de zoonosis o áreas de protección animal del municipio. En caso de animales con microchip, insistir en el escaneo de nuevos ingresos.
  5. Carteles físicos. Colocar avisos impresos en negocios, plazas y veterinarias de la zona sigue siendo efectivo, especialmente para personas que no usan redes.