Norma Urbieta habló con ABC Cardinal en la fecha, luego de que ayer –9 de julio– se cumplieran 1.000 días de que su padre Félix Urbieta fuera secuestrado por el EML, un desprendimiento del grupo criminal EPP.
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Norma aprovechó la ocasión para rogar nuevamente a los captores de su padre que se contacten con la familia y les envíen una prueba de vida. “Comuníquense con nosotros, por favor les pido. Nosotros somos parientes, vecinos. Es difícil, yo no les tengo rencor, vos sabés, Lourdes, que vos viviste con mi abuela, es difícil odiarles. Lo que ustedes le hicieron a mi papá solo Dios va a saber qué hace de ustedes. Una vez más les pedimos que queremos saber noticias de mi papá”, indicó.
“Tenemos el pedido de ustedes y vamos a cumplir con ustedes, pero queremos una prueba de vida de mi papá”, agregó su hija en tono desesperado.
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Comentó que la última comunicación de ellos fue en 2017, cuando la familia todavía no tenía el dinero solicitado por los secuestradores. “Yo sé que ellos están por la zona, pero a mi papá nadie le vio, a ellos sí se les ve, a Lourdes, Teresita, a Antonio, a Alejandro... No sé, pero son de la zona, ellos conocen, manejan”, señaló.
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En ese contexto, reiteró que los pobladores del sitio tienen miedo de contar lo que sucede en esa parte del país. “La gente tiene miedo para contar, porque cuando ellos saben que ellos saben de ellos, les amenazan, entonces ellos tienen miedo para hablar porque ellos no quieren dejar su casa y su familia”, manifestó.
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“A medida que pasa el tiempo, la añoranza es grande. Nosotros le extrañamos mucho a mi papá y lo único que podemos decir es que queremos tener noticias de mi papá”, concluyó.
Según datos de la noche del secuestro, el 12 de octubre de 2016, una de las personas que secuestraron al ganadero Félix Urbieta se identificó como Alejandro Ramos Morel, cuya esposa es Lourdes Bernarda Ramírez, sobrina de Félix. Esto ocurrió en la estancia San Francisco, ubicada en la ciudad de Horqueta, departamento de Concepción.