Las filmaciones registraron perfectamente como a las 6:35 de esta mañana Ramón Bordón Alvarenga, administrador de la estación de servicio Copetrol, ubicada en Felipe González esquina Libertadores de América, de Luque llega a su lugar de trabajo sin tener siquiera la menor sospecha de que tres sujetos ya lo estaban esperando a bordo de un automóvil Toyota Noah con chapa BEY-222, matrícula que no se molestaron en ocultar, ya que el vehículo fue denunciado como robado de la comisaría 20 de Asunción.
Lea más: Asaltaron gasolinera esta mañana en Luque
Bordón Alvarenga llega normalmente a su trabajo, en incluso se toma un tiempo para regalarle una caricia al perro que aparentemente es un compañero más del día a día y que en minutos más sería testigo ingenuo del proceder de los malvivientes.
Al administrador se lo ve portando su mochila, en la cual -tras un saludo rutinario a su compañero de trabajo, uno de los playeros- mete la mano buscando las llaves de la oficina administrativa donde se resguarda la recaudación. Sin que nadie se percate, ínterin a todo eso, el automóvil en el que se desplazaban los tres delincuentes avanza tranquilamente por la estación de servicio.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Del rodado descienden dos hombres armados, que sorprenden de espalda a Bordón Alvarenga y contando la recaudación del día al playero que también estaba en una especie de antesala a las oficinas administrativas. Uno de los malvivientes no tiene reparo en agredir con la culata del revolver al playero, quién cae al piso, ante la mirada inocente del can al que Bordón saludo previamente.
Con mucha violencia, los dos delincuentes obligan al administrador de la estación de servicio a abrir las oficinas donde se guarda la recaudación y lo obligan a entregar el dinero. La secuencia culmina con el automóvil en el que llegaron, abandonando el sitio. Ese vehículo sería dejado posteriormente en la vía pública, ya que aparentemente los malvivientes cambiaron de rodado para despistar a las autoridades.
En total, el asalto duró poco más de tres minutos y muchos de los clientes y los trabajadores no se dieron cuentas hasta después que los delincuentes se retiraron sin mayores sobresaltos.