Espínola Ayala fue soprendido por la Policía Nacional en la vía pública y cuando se le consultó sobre sus antecedentes, no tuvo de otra que admitir que debía estar cumpliendo prisión domiciliaria por la condena que recibió en 2016 por desviar unos G. 106 millones de la Facultad de Filosofía (UNA).
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Incluso, el condenado no cuenta solo con esa mancha en su prontuario, sino también se lo vinculó con presuntos negociados con municipalidades del departamento de Paraguarí, específicamente con la creación de empresas fantasmas que fueron favorecidas con adjudicaciones directas.
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Por esto, se teme que -mediante influencias políticas- el mismo pueda ser beneficiado y puesto en libertad de vuelta. De hecho, según informaron autoridades policiales del departamento, Espínola Ayala no se encuentra en el calabozo de la comisaría, ya que se encuentra hospitalizado porque se descompensó.
El mismo permanecerá en “observación” bajo custodia policial hasta que mañana se lo traslade ante el juzgado en la Capital.