En la entrada del local había un cartel que anunciaba la existencia del sistema Ñangareko y Tekoporã. Tras la presencia de la prensa, la propietaria arrancó el anunció y trató de justificar “el servicio” que ofrecía.
El método utilizado por la empresa sería hacer figurar compras masivas de alcohol en gel, jabones, cremas dentales y otros elementos de limpieza y por el valor de los productos estarían entregando dinero a cambio del cinco por ciento de comisión.
Uno de los beneficiarios del programa Ñangareko, Carlos Cardozo, manifestó que se acercó al local para el cobro de su beneficio y que anotaron todos sus datos para luego pasar retirar su dinero. Dijo que le indicaron que a las 14:00 podía pasar a retirar su importe en efectivo. Añadió que decidió efectivizar su beneficio porque en los supermercados son muy costosos los productos y que con el dinero pretende buscar ventajas.
Por su parte, la propietaria de la empresa, Graciela Fretes, primero se excusó afirmando que la larga cola de clientes son para hacer giros o realizar algunos pagos.
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Al ser insistida sobre la afirmación de las personas y de la presencia del cartel que indica la existencia del sistema Ñangareko, mencionó que los clientes hacen compras de tapabocas, alcohol en gel y otros, y si tiene vuelto se le entrega su dinero.
Al ser nuevamente cuestionada sobre la prohibición de entregar dinero, Graciela Fretes se mostró insegura y afirmó que muchas veces las monedas ya no se pueden dejar en la billetera electrónica. Intentó en todo momento justificar su actuar. El hecho ya fue comunicado a la fiscalía para una eventual intervención.