“Romper la inercia negativa o pesimista que genera una espiral hacia abajo, por un lado diciendo tengo este paquete de medidas que hace reaccionar a la psicología colectiva de la gente y, después, una segunda parte, que es disponibilizar esos recursos que tienen que hacer funcionar ciertos mecanismos del Estado”, señaló el exministro de Hacienda Manuel Ferreira Brusquetti sobre las medidas económicas inmediatas con respecto a la pandemia.
En referencia a la reapertura de comercios, dijo que el Gobierno tiene que acercarse más a los sectores, “el gobierno no sabe cómo funcionan exactamente, por ejemplo los shoppings, entonces debe acercarse e instarlos a que ellos mismos armen sus protocolos, pero tenemos que ser conscientes de que habrá idas y vueltas”.
Acerca del nivel de endeudamiento al que Paraguay puede comprometerse, dijo que considerando que actualmente se está pagando alrededor de US$ 580 millones por año, se podría aguantar “entre US$ 200 y 250 millones más de pago de intereses, porque el capital se puede ir bicicleteando, pero los intereses hay que pagarlos genuinamente. Así también, añadió que posiblemente se tenga que pensar en recortar gastos ineficientes y generar niveles de productividad mayores en el Estado.
En ese sentido, Barreto también resaltó que el Gobierno debe dar soluciones reales a la ciudadanía, que hoy tiene una expectativa negativa sobre su futuro. “La gente tiene un problema real, y lo que el Gobierno debe hacer son planes sobre realidades”, subrayó.
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Recomendó impulsar las obras públicas para que el dinero llegue al bolsillo de la ciudadanía, aunque no descartó seguir extendiendo la entrega de subsidios mientras se continúe la cuarentena inteligente.
En cuanto al déficit fiscal para este año, Barreto cree que llegará al 7 o incluso 7,5% del producto interno bruto del país. Dijo que, según sus estimaciones, todo el sector económico arrastraría perdidas en torno al 80%.
“Comercio de frontera es como el arca de Noé”
En referencia al comercio de frontera, señaló que debe existir conciencia por parte de los empresarios “de que acá no se va a salvar todo el mundo, esto es casi el arca de Noé en algunas cosas, muchos se van a quedar en el diluvio, hay que ser conscientes. Hay empresas que están desesperadas y esperan recuperarse en el corto plazo. Posiblemente algunas podrían hacerlo prácticamente en un año (...) porque aunque se ordene la apertura, hoy en día deberán enfrentarse a la fobia social (...), entonces, ser conscientes y planificar”.