Bernarda Pesoa, una de las dirigentes de la organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri), considera que la violencia se ha generalizado en el país y que en el contexto del confinamiento obligatorio por la pandemia de covid-19 se agravó en las comunidades indígenas. Debido a esto, es necesario seguir denunciando los casos para que no terminen siendo normalizados. Además, dejó sus reflexiones en relación con el informe del Poder Ejecutivo dado a conocer el 1 de julio pasado ante el Congreso Nacional.
–¿Cuál es la posición de su organización ante los hechos de violencia contra niñas y mujeres indígenas que han tomado estado público?
–La violencia se ha generalizado mucho en el país y ahora bajó a los territorios indígenas, por eso es necesario seguir denunciando situaciones que no deben ser naturalizadas. Pedimos apoyo de la prensa para visibilizar el aumento de la violencia contra las niñas indígenas, el abuso sexual y laboral contra las mujeres, todo empeoró con el inicio del confinamiento por covid-19. Muy poco sale en los medios, pronto se olvidan de que estamos ante un genocidio sistemático. Esto es un peligro, somos las productoras de la vida, las cuidadoras de las semillas, merecemos respeto y el derecho a vivir sin ser explotadas, con derechos básicos y eso es lo que siempre estamos reclamando al Estado paraguayo. Necesitamos una respuesta urgente ante el aumento de la violencia contra niñas y mujeres indígenas, nos sentimos desprotegidas por parte de las instituciones frente al machismo. Todo está vinculado, así lo vemos, cuando nos despojan de la tierra nos privan de condiciones dignas de vida y desarrollo. Hay comunidades indígenas mendigando en las calles de la ciudad expuestas a todo tipo de vicios y violencia.
–¿Cómo vio el informe de gestión del presidente Mario Abdo Benítez desde el punto de vista de los pueblos indígenas?
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–En el informe general que el presidente Mario Abdo Benítez realizó a principios de mes no incluyó resultados de gestión de políticas públicas o de ejecución presupuestaria para los pueblos indígenas porque simplemente no existen.
–No hubo visibilización
–En esta situación de pandemia los pueblos indígenas fuimos asistidos por las organizaciones aliadas, la sociedad solidaria se movilizó para donar alimentos y otras necesidades básicas como elementos de higiene, frazadas; de parte del Gobierno no tuvimos casi apoyo. Y eso se reflejó en el informe de gestión del Presidente, para el Estado somos el furgón de cola, personas olvidadas.
–¿Qué iniciativas o medidas han tomado para lograr esa visibilización?
–Hemos cerrado la ruta PY09 a la altura del Km 376 para exigir mejoramiento de acceso a las comunidades Yakye Axa y Sawhoyamaxa, tierras conquistadas por la lucha de los pueblos indígenas y organizaciones sociales afines. Muchas familias indígenas están pasando hambre, hay sequía en el Chaco que empeora todo el panorama, por autogestión una comunidad de San Pedro en la Región Oriental logró construir un pozo artesiano y un tanque, pero como no cuentan con conexión eléctrica no pueden hacer uso del agua corriente, tienen que caminar kilómetros para conseguir un poco de agua. En nuestros territorios nosotros no nos sentimos pobres, otros dicen por nosotros que somos pobres, pero cuando nos despojan de nuestros territorios y nuestros modos de vida, ahí nos vuelven pobres, nos empobrecen al quitarnos nuestras tierras y cultura.
–En este contexto de pandemia, ¿perciben la asistencia del Estado a las comunidades indígenas?
–Estamos en un periodo crítico, la pandemia multiplicó nuestras necesidades, no tenemos trabajo seguro, no tenemos ingresos y hay familias que pasan días sin comer, con eso la salud se debilita y el riesgo de contagio es mucho mayor, el vivir aislados hace todo más difícil. No existe un programa para contrarrestar esta problemática, nadie analiza la situación desde la visión de la cultura de los pueblos indígenas. Las ollas populares nos salvan el día, deberíamos contar con políticas públicas que garanticen el derecho a la alimentación de los pueblos indígenas, pero no estamos visibles en el presupuesto que se está ejecutando.
Lideresa
Bernarda Pesoa es artesana y lideresa del Pueblo Qom de Cerrito, Chaco paraguayo. Referente de la Conamuri, es defensora de los derechos campesinos e indígenas y de las mujeres de Paraguay. Además, ejerce de educadora popular en su lengua materna (Qom), fue facilitadora de un programa de alfabetización para adultos mayores y formó parte del equipo de investigación sobre embarazo adolescente en cuatro pueblos indíge
