CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). La Dirección de Fiscalización de la Comuna emplazó a los ocupantes a presentar el comprobante del pago del canon y la autorización municipal para instalar las casillas. Hasta mañana tienen plazo para entregar los papeles.
Los puestos están localizados en las calles Adrián Jara, Itá Ybaté y Piribebuy, y en la vereda del edificio Lai Lai Center, uno de los sectores con más movimiento en el circuito comercial.
Según los antecedentes, en febrero de 2019, durante su gestión de tres días como intendente, Kelembu ordenó la construcción de las casillas metálicas en la vía pública y las distribuyó a sus familiares y operadores políticos.
Los puestos comerciales del referido sector están valuados entre US$ 10.000 y US$ 25.000.
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La notificación a los ocupantes forma parte del proceso para la demolición de las casillas, ya que estas no aparecen en los planos de la Municipalidad, según informó el jefe de Fiscalización, Javier Miranda.
Familiares, parientes y funcionarios
Entre los familiares de Kelembu que figuran como titulares de las casillas se encuentran Samuel Miranda (hijo), Elizardo Bogado Pavón (hermano), Ismael López Rodas (yerno) y Sonia Aquino López (ahijada).
Además figuran parientes de su esposa, Rosalina Cubas (concejala suplente): Froilán Sosa Cubas, Darío Bareiro Cubas, Emilio Cubas González, Gregorio Cubas Rojas, Sixta Brizuela de Cubas y Reina Cubas Brizuela.
Los citados no estaban en la lista de mesiteros beneficiarios de la cuarta etapa del reordenamiento del microcentro.
Por ejemplo, Elizardo Bogado Pavón era funcionario municipal en el momento en que fue adjudicado y nunca ocupó el puesto. Según los datos, las casillas eran alquiladas a terceros.
El lunes último, el concejal Kelembu Miranda atropelló la Comuna, a patadas abrió la puerta de la oficina del jefe de Fiscalización para exigir la legalización de las casillas irregulares.
Hechos de violencia
En tanto, el sábado último ese cuestionado concejal y una turba familiar destruyeron los candados de una casilla y arrojaron a la calle los objetos guardados ahí pertenecientes a la comerciante Natalia Palacios Casco, quien ocupaba el puesto que había dado a Bogado Pavón.
