Luis Alberto Castiglioni fue nombrado como ministro de Industria y Comercio por decreto presidencial N° 4.316 en reemplazo a Liz Cramer, firmado ayer por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez. En su primera jornada, participó en la presentación de un informe de la Unión Industrial del Paraguay (UIP) que reveló que los consumidores están optando por productos locales como un modo de apoyo a la producción nacional.
“Es una etapa superada, aclarada ya ante diversas instancias, me he comportado 35 años de mi vida pública con alto sentido patriotismo”, respondió al ser requerido que es considerado como traidor por su papel protagónico en el “acta entreguista de Itaipú”, pues en ese entonces se desempeñaba como canciller. Seguidamente, indicó que había dado precisas instrucciones y que las mismas “lamentablemente no fueron respetadas en su totalidad” y que cuando se percató, solicitó la anulación para que se pueda negociar de nuevo.
Además, mencionó que el presidente Abdo Benítez tuvo en cuenta su experiencia como diputado y canciller, y que “le necesita a su lado” para avanzar hacia la reactivación económica, que es el eje central en la post pandemia. “Voy a trabajar con todos los actores de los diferentes gremios, como siempre lo he hecho, con alto sentido de patriotismo y transparencia total, con ustedes (la prensa) porque el 50% es comunicar y cuando de repente se comunica mal, se producen las grandes confusiones y originan siempre prejuicios inadecuados”, expresó.
Por su parte, el presidente de la UIP, Gustavo Volpe, mencionó que en la administración anterior se sentían huérfanos y celebró la designación del nuevo ministro. Indicó que Castiglioni cuenta con una empresa industrial y que la misma es socia el gremio, por lo que “celebramos que vamos a tener a una persona accesible ya que hasta el momento no habíamos logrado el hecho de poder trabajar en conjunto con el Ministerio de Industria y Comercio”, dijo.
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En cuanto al reporte presentado, se trata de una investigación encarada por la UIP, UIP- Joven y la agencia Nauta desarrollado con el objetivo de conocer la percepción de la población sobre los productos de industria nacional, identificar los cambios de consumo de los productos de origen nacional y entender cómo podría ser el comportamiento a futuro. Participaron 1.200 encuestados, de todas las edades.
Entre los principales hallazgos, está el hecho de que se modificaron los hábitos de consumo de los paraguayos, principalmente en alimentos y productos domisanitarios, dando prioridad a la industria local, se reportó.
“Solamente en el rubro de productos alimenticios y domisanitarios, 7 de cada 10 encuestados refiere haber cambiado las marcas que tradicionalmente compraba por otras. Al consultársele la razón, para 7 de cada 10 encuestados, lo hicieron para apoyar a la industria nacional. En tanto que, en 4 de cada 10 casos, estos respondieron que lo hicieron en la búsqueda de mejores precios”, se mencionó.
El estudio también abordó acerca del contrabando. El informe indicó que los encuestados también fueron consultados sobre informalidad, que equivale a alrededor del 40% de la economía, y que el 49% de ellos dijo percibir que el contrabando es malo para la economía nacional, pero aún así el 52% del total admite que lo adquiere, siendo la franja etaria donde más personas reconocieron acudir a eso de 20 a 30 años.
Requerido acerca de las motivaciones, el 65% respondió que lo hace para “ayudar” a las personas que venden productos en la calle, soslayando a los grandes esquemas delictivos que se encuentran en la cúspide de la pirámide de la informalidad, y donde los vendedores informales o mesiteros, son los menos beneficiados.
Otro aspecto abordado fue acerca de los ingresos. Durante la cuarentena, 4 de cada 10 personas redujeron sus niveles de consumo, misma cantidad mantuvo un nivel similar al de antes de la pandemia y tan solo 2 de cada 10 de los encuestados indicaron que el mismo aumentó.
“En el caso de los encuestados que sufrieron una reducción en su consumo, los principales motivos fueron reducción en los ingresos familiares, que afectó a 6 de cada 10 personas, como también el hecho de tener una mayor cautela al gastar dinero en estos tiempos, motivo mencionado por más de 4 de cada 10 encuestados”, se indicó.
Por otra parte, teniendo en cuenta que confinamiento impidió visitas a sitios de ocio, dio lugar en contrapartida que la gente comprará más alimentos para el hogar, según indicaron 9 de cada 10 encuestados respondieron haber aumentado el consumo durante la pandemia. De igual forma, las medidas de prevención del contagio del coronavirus (el lavado frecuente de manos y la utilización de sanitizantes como alcohol y lavandina) hicieron que 3 de cada 10 incrementara sus compras de productos domisanitarios.
Con respecto a la sensación al gastar su dinero hoy en día, 8 de cada 10 lo asocian con emociones como “miedo” y “cautela”.
