Unidad de Cuidados Intensivos: Lugar dinámico que pone a prueba diariamente al personal de blanco

Pese a frustraciones así como tristezas por ver gente que no se cuida y es aún incrédula respecto a la pandemia del covid que sacude al mundo, cada día el personal de blanco y de apoyo del bloque modular de la contingencia del Hospital Nacional pone su máximo esfuerzo para salvar vidas. La Unidad de Cuidados Intensivos Respiratorios (UCIR) es donde juegan de manera dinámica todas sus cartas.

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Una vez más hoy ingresamos a la UCIR, donde de nuevo observamos que lejos de ser una sala sin movimiento, con el paciente sedado y con el sonido solamente del monitor, es todo lo contrario. La situación va cambiando minuto a minuto en cuidados intensivos, que tiene 50 camas, atendiendo a que se dan diversos procedimientos porque los pacientes son altamente requirentes de cuidados médicos así como aseo.

El pasillo de cada sala, dos de ellas con 17 camas y una con 16, es un ir y venir del profesionales médicos, de enfermería, de fisioterapia, personal de limpieza y apoyo. En medio de todo se dan ingresos, varios de los cuales requieren del delicado proceso de intubación, otros que ya pueden ingerir alimentos reciben la ayuda para alimentarse, y además pueden darse descompensaciones, hasta fallecimientos.

Sin embargo, también hay días en que se dan altas a entre seis hasta ocho pacientes, detalló la doctora Yolanda Ramos, jefa de servicio de las Unidades de Cuidados intensivos de adultos polivalentes y respiratorios. En ese sentido, este viernes por la mañana pudimos conversar dentro de la terapia con tres pacientes que podrían salir en breve del lugar, ya que fueron extubados, y con uno que pasó a la sala de internación de clínica médica para su recuperación total.

El factor humano juega un papel fundamental en la recuperación de los enfermos. Es sobre todo porque no pueden recibir visita de su familiar, a lo que se suma que no ven el rostro del personal de salud que cuida de ellos, ya que deben vestir similar a astronautas para no contagiarse con el covid.

Pero los médicos a los pacientes extubados y que se sienten en condiciones les hace hablar con sus familiares a través de videollamadas con el celular del hospital que disponen en el sitio. Esta mañana el doctor Diego Toledo, jefe de sala, hizo posible la comunicación de don Félix Waldemar Álvarez Ojeda de 60 años, con los suyos tras 18 días.

El paciente, quien pasó Navidad y Año Nuevo entubado, alejado de su familia que quedó en Misiones, afirmó que el trato que recibe es excelente. Fue ingresado en muy mal estado al Hospital Nacional el 22 de diciembre pasado.

Otra paciente extubada, Zunilda Alfonzo de 61 años, diabética, afirmó que va a realizarse un tatuaje en homenaje al personal de blanco. La mujer dijo que procede del barrio Sajonia de Asunción.

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