La pandemia podría estar causando rabietas en niños y adolescentes

Son muchos los padres que se quejan de las rabietas, los cambios de humor o de que sus hijos están muy distraídos, que les cuesta estudiar. Estos signos de alarma podrían ser una consecuencia de la pandemia, de la información que les llega, de los miedos que ellos sienten sobre esta enfermedad y la muerte.

Falta de concentración, una de las consecuencias de la Pandemia
Falta de concentración, una de las consecuencias de la PandemiaSouth_agency

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Marta Benítez, experta en desarrollo infantil y directora de Global Infancia, explica que es necesario entender cómo piensan y sienten nuestros hijos, para apoyarlos y guiarlos a través de este difícil momento.

Los más pequeños

Ellos no entienden el miedo y la preocupación que ven en los rostros de las personas adultas que los rodean y en sus voces. No tienen la experiencia o las palabras para darle sentido.

Es por eso que más que nunca se aferran a los adultos de la casa y piden más atención de lo habitual. “Puede que no quieran que los abandonemos”, reflexiona Benítez.

Probablemente no entenderán por qué es tan importante que se queden dentro y no vean a sus amigos o vayan a la guardería, lo que les podría provocar una decepción o frustración.

“Pueden tener más rabietas. Es posible que digan “¡No!” más a menudo. Este no es un mal comportamiento; es una reacción humana natural a la decepción, la frustración y el encierro. Ellos no entienden por qué todo esto está sucediendo y no tienen el lenguaje para expresar estos complicados sentimientos”, señala la experta.

La muerte

Si en la casa se siguen las noticias o en conversaciones cotidianas se mencionan la cantidad de fallecidos o conocidos que perdieron la vida, es posible que algunos niños y niñas escuchen por primera vez hablar de la muerte y en condiciones estresantes, lo que podría realmente asustarlos, señala Marta.

Signos de alarma

Problemas para dormir.

No querer estar solos.

Empezar a tener pesadillas.

No quieren ir a la cama.

A menudo tienen miedo de estar solos en la oscuridad.

Necesidad de estar cerca de las personas adultas para sentirse seguros.

“Esto no es un mal comportamiento. Es una expresión de un miedo humano muy básico. Todos nosotros estamos sintiendo algún nivel de miedo ahora mismo y puede llevarnos a actuar de forma diferente a como solemos hacerlo. Nuestros hijos e hijas también lo están sintiendo”, explicó.

Para algunos niños y niñas el estar mucho tiempo confinados es muy difícil de soportar, mientras que otros disfrutan de estar en la casa, ver películas, leer, etc.

“Nuestros temperamentos también pueden afectar la forma en que expresamos el dolor. Algunos niños o niñas han perdido familiares cercanos muy repentinamente debido a la COVID-19 sin la oportunidad de decir adiós. Pueden expresar abiertamente su dolor a través del llanto - o pueden estar callados, tomándose el tiempo para procesar la noticia. Algunos niños o niñas pueden guardar sus sentimientos en su interior, para no aumentar su tristeza. Pueden hacer muchas preguntas o muy pocas. Lo que más necesitan los niños y las niñas durante el duelo es tiempo con las personas adultas que les escuchen, que les proporcionen un espacio para liberar sus sentimientos, que les ayuden a entender sus sentimientos y que pasen el duelo junto con el niño o la niña”, aconsejó Marta Benítez.

Adolescentes

En este caso su mayor apego son sus amigos, sus compañeros de colegio ya que inician la etapa del desapego de los adultos, por lo que necesitan estar en contacto con ellos.

A veces ellos tampoco comprenden que pueden llegar a enfermarse, o que pueden infectar a otras personas ya que los y las adolescentes a menudo se sienten invencibles, como si nada malo pudiera pasarles.

Según explica la experta, los niños y las niñas mayores y los adolescentes también pueden sentir miedo de que sus familiares se enfermen, o de que sus amigos, docentes o abuelos lo hagan.

“Pero puede que no nos lo digan. Puede que no quieran aumentar nuestras preocupaciones. O pueden tener miedo de que no los tomemos en serio. O pueden tener miedo de expresar sus miedos en voz alta porque entonces se vuelven más reales. Así que su miedo se puede manifestar en su comportamiento. Podrían retirarse y volverse callados. O pueden enojarse, con usted, con la situación y con el mundo entero”, indicó.

La muerte

Al igual que los más pequeños, ellos también reaccionan de diferente manera ante la muerte, dependiendo del grado de cercanía que tenía con esa persona.

Amenazas y castigos

“Eso sólo empeoran las cosas. Los niños y las niñas necesitan saber que pueden confiar en que nosotros les escucharemos, en que veremos las cosas a través de sus ojos, y les ayudaremos a encontrar formas de manejar la situación de manera constructiva”.

Finalmente, la experta insta a crear un espacio seguro para que ellos hagan preguntas y expresen sus sentimientos.

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